La junta directiva de la UIA, por un lado, y ocho dirigentes sectoriales, por otro, se manifestaron en respaldo de la propuesta argentina de reestrucutración de deuda.

Un sector de la cúpula empresaria decidió mover el tablero este martes, saliendo a dar su respaldo en forma explícita a la oferta que hizo el gobierno para la reestructuración de la deuda externa. Por un lado, la Unión Industrial Argentina, tras la reunión de su Junta Directiva, emitió un comunicado en el que manifestó su apoyo a la estrategia de canje de la deuda y ponderó la necesidad de una pronta resolución de este problema. «Un acuerdo con los acreedores resulta clave para generar un escenario de previsibilidad macroeconómica, promover la inversión privada y crear empleo», señaló la central fabril. Por otra parte, un grupo de ocho dirigentes empresarios de diferentes actividades dieron a conocer una declaración conjunta en apoyo a la negociación que encara el gobierno bajo el título «Un buen acuerdo de deuda para nuestro futuro post pandemia».

«Quienes aquí firmamos, apoyamos el proceso de negociación abierto por el Poder Ejecutivo Nacional», es la frase con la que se abre el comunicado que firmaron Alejandro Simon (presidente de Asociación de Aseguradoras del Interior de la República Argentina),Jose Urtubey (director de Celulosa Argentina), Marcelo Figueiras (presidente de Laboratorios Richmond), Martin Umaran (fundador y director de Globant), Martín Cabrales (vicepresidente de Cabrales S.A.), Pablo Peralta (Presidente del Grupo BST/Orígenes), Mara Bettiol (presidente de la Unión Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, UART) y Fabián Castillo (presidente de la Federación de Industria y Comercio de la Ciudad, Fecoba).

«Entendemos que es fundamental para el futuro inmediato y mediato del país que concluya de manera exitosa, con el mejor acuerdo posible, y que podamos encarar el difícil escenario post pandemia que tenemos por delante con un frente financiero saneado”, agrega el comunicado conjunto firmado por el grupo empresario. En su texto, el documento expresa luego que «el gobierno nacional ha tomado la decisión de no postergar la agenda urgente y estratégica del país, uno de cuyos ejes centrales es resolver el endeudamiento externo, para hacerlo más sustentable y darle a la economía argentina el aire que necesita para retomar la senda del crecimiento».

Luego destaca que «la oferta que presentó el país, con el apoyo de la CGT y dirigentes de distintos signos políticos, constituye un paso muy importante en la negociación abierta y reafirma el compromiso de Argentina sobre el pago de la deuda, más allá de la situación extrema generada por la pandemia». Los firmantes aclaran que su adhesión se manifiesta «a título personal», pese a su pertenencia en algún caso a cámaras sectoriales o regionales, incluso revistiendo en las mismas como presidente.

No son pocas las corporaciones empresarias comprometidas también con situaciones de deuda que excede, al menos, sus posibilidades inmediatas de pago. Más de un informe de consultoras señala la posibilidad de un default corporativo como un riesgo latente en el horizonte. Un default soberano, es decir del Estado, enturbiaría el de por sí oscuro panorama del frente empresario. Esto puede explicar el pronunciamiento de diferentes expresiones de empresas de primera línea en forma simultánea.

El Ministerio de Economía tiene previsto iniciar en los próximos días la ronda de teleconferencias (road shows) para conectarse directamente con los representantes de los fondos acreedores e iniciar el intercambio de opiniones sobre la propuesta formalizada la semana pasada. Tras este paso, el viernes 8 cerraría formalmente la recepción de adhesiones. Pero la fecha a la que todos miran es la del 22 de mayo, cuando se cumpla un mes del vencimiento de pago de intereses en dólares que el gobierno argentino no pagó y que, si mantiene su posición y no hay previamente un acuerdo de postergación de plazos, caería formalmente en default. Este es el escenario al que los empresarios temen y del cual salieron a cubrirse alentando un acuerdo de reestructuración.