Alberto Fernández dialogó con Luis Lacalle Pou sobre el futuro del bloque

«La decisión no es irnos del Mercosur, es hacerlo más grande, con más miembros», le comentó el presidente Alberto Fernández a su par uruguayo Luis Lacalle Pou durante la conversación que mantuvieron ayer, luego de la salida de los negociadores argentinos de la ronda de conversaciones que el bloque llevaba adelante para cerrar un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur. El gobierno argentino considera que un tratado de ese tipo en estos momentos de crisis podría resultar letal para la industria nacional, pero que de ninguna manera eso significa que evalúa romper el bloque regional sino todo lo contrario, le gustaría fortalecerlo incorporando nuevos jugadores. En ese sentido, se comprometió con Lacalle Pou en profundizar el trabajo para corregir las «asimetrías» dentro del Mercosur, un histórico reclamo de Uruguay y Paraguay, las dos economías más chicas. 

Fernández recibió temprano un Whatsapp de Lacalle Pou para hacer una teleconferencia. Igual que le sucede con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, con quien conversó el lunes, el presidente argentina tiene un muy buen vínculo personal con el uruguayo, que supera sus diferencias políticas. El diálogo arrancó por la pandemia y las medidas que tomaron ambos países. Coincidieron en la necesidad de coordinar los trabajos en materia sanitaria. De ahí pasaron rápidamente a la situación del Mercosur, donde coincidieron en la urgencia de fortalecer al bloque en medio de la crisis. Claro que lo hicieron desde diferentes puntos de vista.

Lacalle Pou subrayó su postura de «flexibilizar» el bloque como manera de corregir las «asimetrías» internas, con dos países más grandes como Brasil y Argentina. La idea de flexibilizar permitiendo que algunos miembros firmen acuerdos de libre comercio por su lado no es nueva. Era la posición de Uruguay en la época de Danilo Astori era ministro de economía en las gestiones del Frente Amplio, pero nunca encontró eco. Con todo, consiguió que en el Mercosur se creara un fondo -el Focem- destinado principalmente a obras de infraestructura en Uruguay y Paraguay. Pero ahora Lacalle Pou volvió a la carga con el reclamo como manera de presionar por esos acuerdos. Alberto Fernández le prometió ayer trabajar para superar esas asimetrías, pero también planteó que ambos países deben ayudar a buscar «un lógica regional» que ayude a la fortaleza del Mercosur. 

En la Cancillería argentina sostienen que el cambio de gobierno en Montevideo fue determinante para la aceleración de las conversaciones para los tratados de libre comercio, que además de Corea del Sur comprenden también a Canadá, India y el Líbano. Fue Lacalle Pou, en consonancia con el gobierno de Jair Bolsonaro y el ala neoliberal que orienta la economía brasileña, quien más impulsó las negociaciones con el convencimiento de que favorecerá su balanza comercial. Uruguay busca colocar en el exterior su producción de carne y leche mientras que no tiene una importante producción industrial que defender.

No es el caso argentino. La preocupación central es proteger el empleo industrial y entienden que un acuerdo con Corea del Sur y su desarrollado modelo económico podría resultar letal para los productos nacionales, en especial en la frágil situación en la que deberá competir, luego de los meses de parate por la pandemia. Por eso, la decisión del equipo de negociadores encabezado por el secretario de Relaciones Económicas, Jorg Neme, fue anunciar su retiro de las conversaciones, como manera de no obstaculizar la marcha de un acuerdo con el que no coincidía.

Sin embargo, el comunicado que emitió la cancillería de Paraguay, que ocupa la presidencia pro témpore, amenazando con estudiar la aplicación de sanciones para el país, enturbió la situación. «¿Si cada uno puede negociar lo que quiere para qué existe el Mercosur?», se preguntó el lunes Alberto Fernández en una entrevista. «Si ellos quieren tirar por la borda el Mercosur, que lo digan», agregó, en referencia a los otros gobiernos. 

Ayer, más tranquilo luego de la llamada, Fernández habló con el canciller Felipe Solá y le pidió que conversara con Ernesto Salvi, su par uruguayo. El contacto se produjo ayer mismo y, si bien las diferencias quedaron expresados, también la intención de ambos ministros de recomponer la situación. Hoy, Solá se presentará en comisión de Relaciones Exteriores del Senado para explicar la decisión argentina. Una de las cosas que más fastidió a Fernández fue que justamente la oposición macrista -que considera que durante cuatro años actuó en contra de los intereses del bloque- lo acusara de buscar romper el Mercosur.