No casualmente, a primera hora de esta mañana, el ministro de Economía, Martín Guzmán, salió a despejar fantasmas en el tramo final hacia el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En un gesto doble a la oposición y a la propia interna oficial -que teme encontrarse en el Congreso con cláusulas reservadas- comunicó que «la idea de que va a haber documentos secretos es un sinsentido. Una vez concretado el acuerdo a nivel staff del FMI, se enviará al Congreso de la Nación un proyecto de ley que en sus anexos contendrá todos los documentos que sean la base de ese acuerdo, con cada uno de sus detalles».
La apararición del ministro, escueta para directa, refleja no sólo la inminencia del cierre definitivo del pacto por la deuda que contrajo Cambiemos, sino además da la pauta de que el Memorando de Entendimiento con el organismo ya está cerrado sin letra chica. Naturalmente, en Economía hay un cerrojo informativo prudente, pero las constantes reuniones que mantienen funcionarios de primer nivel de la Casa Rosada dejan trascender datos de la «letra grande» del acuerdo. Ya en esta instancia, en el redactado final hubo varias manos que se pusieron a observar el punto por punto. De hecho, en las últimas dos semanas, hubo repetidas visitas de Guzmán a Olivos a ver al presidente Alberto Fernández, y un cónclave de domingo que incluyó la participación de otros ministros de confianza del mandatario y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, encargada de redactar el proyecto de Ley que irá al Parlamento.
El punto central que para el Gobierno es relevante, según contaron a Página I12 fuentes de la Casa Rosada, es que los envíos de dólares del FMI sean «robustos» para no quedar entrampados en una situación de cuestionamientos constantes del organismo a la capcidad de pago del país. En paralelo, y más allá de las previsiones ya conocidas de crecimiento del PBI, déficit fiscal y recaudación impositiva, sigue puesta una ficha a que se condone a la Argentina el pago de la sobretasa, penalidad que supone unos 1000 millones de dólares anuales para el país.
Algunas estimaciones
El plan Guzmán de crecer para pagarle al FMI depende, sobre todo, de que Argentina cuente con divisas suficientes para sustentar ese crecimiento. Por eso en el Gobierno entienden que el debate sobre el déficit fue un disputa en vano. En ese contexto, en Balcarce 50 empezó a circular el número de 10 mil millones de dólares en desembolso del FMI en marzo, en concepto de devoluciones de DEGS y primeros pagos. Se estima que sólo con las devoluciones de octubre, diciembre y enero últimos, unos 4000 millones en divisas, el país cubriría el pago de intereses de todo el 2022 y el 2023.
Pero eso sólo no sería suficiente para el objetivo oficial: en el Gobierno precisan que tiene que haber desembolsos «robustos» de dólares del FMI, incluso por sobre los pagos, para que el organismo no condicione al país cada tres meses aduciendo incapacidad de cumplir con los vencimientos. En pocas palabras, Argentina quiere más dólares para evitar que el Fondo le diga que está muy justo en su caja para que le sigan prestando.
En ese contexto hay que leer, según fuentes oficiales, la reunión de Directorio del FMI que ocurrió este miércoles por la mañana. Ese encuentro fue de caracter «informal» y aquellos que conocen los avatares en Washington afirman que era una reunión necesaria en la previa a ver el Memorando. Por qué? Porque el organismo es consciente que los pedidos de Argentina tienen que ver con un préstamo informal de Trump a Macri. Y que no puede verse con el pagador actual como una situación habitual.
En paralelo, aclaran en el Gobierno que no hay en debate ninguna meta de inflación ni de tipo de cambio en el Memorando, y que las metas de déficit, que llegan a cero en 2026, incluyen ya la segmentación de subsidios a las tarifas. Sobre los precios, en el Gobierno analizan que es imposible confirmar una pauta de inflación dado que a la del país habría que restarle la inflación global y el nivel de apreciación de las monedas de los países vecinos. Especifican también que «no hay en el acuerdo ninguna consideración de ritmo devaluatorio, y mucho menos que eso esté atado a la marcha de la inflación».
La sobretasa y la tasa
Desde este jueves 17, se celebrará en Yakarta la reunión del Grupo de los 20. Guzmán, en otra señal de inminencia de acuerdo, le dijo al Presidente el fin de semana que se quedaría en el país a monitorear las negociaciones. El enviado del ministro es Sergio Chodos, el negociador argentino ante el FMI. Desde el Fondo no niegan que en ese mismo evento, al que no irá Kristalina Georgieva, esté presente su segunda, Gita Gopinath. Seguramente en ese escenario aparecerá nuevamente el debate por la sobretasa de las deudas de países.
En el Gobierno no dan por perdido el tema, pero lo sacan del Memorando qu saldrá en breve. Esperan que la sobretasa se resuelva favorablemente para Argentina este año, con impacto en el mediano plazo de la negociación. Hace unos días, en una filtración de información en una cable de una agencia internacional, trascendió que el Tesoro de Estados Unidos le habría dicho a legisladores demócratas que no avalaría la quita de la sobretasa a Argentina. Pero para el Gobierno esa historia volverá a resolverse en las mesas de la geopolítica y puede generar beneficios en el largo plazo.
Mientras tanto, el Gobierno seguirá enfocado en resolver los desembolsos, que serán reforzados con dólares de la agroexportación y préstamos internacionales. No será la única manera de proteger las reservas. Se espera que el Banco Central suba unos dos puntos la Tasa Efectiva Anual para ponerla por encima de la inflación y sacar a los ahorristas del dólar para llevarlos a opciones de ahorro atractivas en pesos.