Milei está embarcado en el sueño de convertirse en líder de una ultraderecha internacional y vela menos por los intereses estratégicos de la Argentina que por la construcción de su marca personal. El problema de Mondino, antecedentes y el impacto de la decisión de España para el país.

El choque diplomático de Javier Milei con el gobierno español se inscribe en una saga más amplia: también Colombia llamó a consultas a su embajador en Buenos Aires a raíz de que Milei calificó de “comunista asesino” a Gustavo Petro. Con el mexicano Andrés Manuel López Obrador el roce se originó en que Milei lo llamó “ignorante”. La mala relación con China y el abandono de la tradicional neutralidad diplomática argentina para alinearse con Ucrania e Israel son parte de la misma historia, que también perjudicó las relaciones con Brasil cuando el anarcolibertario invitó a Jair Bolsonaro al acto oficial de su asunción. Milei está embarcado en el sueño de convertirse en líder de una ultraderecha internacional, en esa línea los intereses estratégicos que tenga la Argentina le importan menos que la construcción de esa marca.

Este domingo habló en un encuentro organizado por el partido de ultraderecha español Vox en la ciudad de Madrid. Allí cargó contra el presidente Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). “Qué calaña de gente atornillada al poder. Aún cuando tenga la mujer corrupta, se ensucia y se toma cinco días para pensarlo”, dijo. Antes, había definido al socialismo como “maldito” y “cancerígeno”.

¿Qué significa la medida tomada como respuesta por el gobierno de España? En principio, la llamada a consultas de la embajadora implica que la retiran temporalmente. Se trata de un mensaje que, en el lenguaje de la diplomacia, expresa el malestar de un gobierno con el otro.

Si bien no implica romper las relaciones bilaterales, sí señala que los vínculos han sido dañados. El llamar a consultas a una embajadora es un gesto considerado intermedio. Un escalón menor hubiera sido que el gobierno afectado, en este caso España, hubiera convocado al embajador del país que cometió la ofensa -el argentino- para pedirle explicaciones. Un escalón más alto sería el retiro definitivo de su embajadora.

«España también exige al señor Javier Milei disculpas públicas. En caso de no producirse esas disculpas, tomaremos todas las medidas que creamos oportunas para defender nuestra soberanía y dignidad”, dijo al dar a conocer la medida el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, indicando que tal posibilidad está en el menú.

Antecedentes 

El choque de Milei con el presidente colombiano Petro ocurrió en enero: en una entrevista, el presidente argentino se despachó contra su par, del que dijo: “Es un comunista asesino que está hundiendo a Colombia”.

Petro no había apoyado la candidatura de Milei (como tampoco lo hicieron el chileno Gabriel Boric , ni Lula en Brasil). Ya durante la campaña electoral el candidato de la Libertad Avanza buscó utilizarlo en su favor, definirse como el cambio radical: cuando ganó las PASO le dijo a un medio colombiano: “¿Qué es en el fondo un socialista? Es una basura, es excremento humano». Petro le respondió X: “Esto decía Hitler”. Y allí había quedado el tema, porque las declaraciones de un candidato no tienen el mismo peso que las de quien cuenta con una investidura presidencial.

Pero con Milei a cargo de la Casa Rosada, el conflicto tomó otra dimensión. De hecho, junto con el llamado a consultas de su embajador, Colombia anunció que expulsaría a los funcionarios argentinos a cargo de la embajada en Bogotá. Las cancillerías de ambos países necesitaron de dos meses de negociaciones para recomponer la situación hasta que, en abril, el embajador colombiano volvió a Argentina. 

Con el mexicano López Obrador el entredicho no escaló. Milei lo calificó de «ignorante» -también durante un reportaje- y el mexicano no le replicó directamente, limitándose a comentar que no entendía «como los argentinos votaron a alguien que desprecia al pueblo».  

Con Boric también hubo una historia. Durante la campaña electoral, Milei viajó a Santiago de Chile y en una reunión de derechas dijo «esperamos sacar la plaga kirchnerista, en realidad toda la plaga socialista que azota a Argentina por más de cien años, espero que ustedes tengan la dicha y la altura como para poder sacarse también a este empobrecedor de Boric».

«Lo que hace este gobierno es antidiplomacia», se lamentó un ex embajador, funcionario de carrera del ministerio. «Lastimaron el vínculo con Chile, con México, China, Venezuela, Uruguay, Cuba, Rusia, además de España y Colombia…  Actúan siguiendo criterios ideológicos». Pero el consultado no agregó más porque una circular enviada por la canciller Diana Mondino acaba de prohibirles a los diplomáticos de carrera que hablen con la prensa.  

Mientras España llamaba en consulta a su embajadora, el Presidente publicó en su cuenta de X una serie de retuits con su postura. Al gobierno español le contestó reposteando las declaraciones de su vocero presidencial Manuel Adorni, que adelantó que Milei no pedirá disculpas porque ellos «lo trataron (primero) de odiador, de negacionista, de ‘ingerir sustancias’, de autoritario, de anti-democrático y de ser gente ‘muy mala'». Para el resto, retuiteó una publicación que lo muestra hablando en el encuentro de Vox, con la pregunta «¿Te gusta esta foto del Presidente Javier Milei ovacionado en España?». Finalmente -parece indicar el presidente-, de eso se trata.