El gobierno porteño relanzó su operativo clamor para que la Policía de la Ciudad utilice pistolas Táser, las armas eléctricas que según sus defensores son “no letales” pero que están cuestionadas por organismos internacionales, que sostienen que a pesar de esa denominación “constituyen una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte”.

Esta vez, la vía a través de la cual el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta para que su fuerza de seguridad, largamente cuestionada por sus altos niveles de violencia, pueda portar y activar esas armas fue a través de un amparo por mora presentado ante la Justicia.

Rodríguez Larreta quiere las Taser

El planteo exige que se libere la importación de las 60 armas modelo X2 que la administración de Juntos por el Cambio había comprado en mayo de 2021 y cuyo ingreso formal al país quedó trabado por decisión de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC).

En un principio, este organismo había autorizado la compra pero luego, durante la administración de Sabina Frederic al frente de la cartera de Seguridad nacional, dio marcha atrás producto de la serie de denuncias que llovieron desde distintos organismos de derechos humanos.

Esto es lo que precisamente cuestiona el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, solo que se lo atribuye al gobierno de Alberto Fernández. Para el funcionario porteño, “el problema del gobierno nacional” sobre el uso de las pistolas eléctricas “es ideológico” porque “compara las Táser con las picanas de la dictadura».

A través de un comunicado, D’Alessandro acusa al Frente de Todos de haber “demonizado” el uso de esas armas que, según su perorata, es “fundamental” para mantener el orden.

Sin embargo, el Comité contra la Tortura de la ONU indica que esas armas “provocan un dolor intenso, constituye una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte”.

El recurso de amparo del gobierno porteño

D’Alessandro no acepta ese cuestionamiento. “Demonizaron el uso de estas armas y trabaron una herramienta fundamental para la seguridad de los 3 millones de porteños y las casi 4 millones de personas que diariamente ingresan a la Ciudad», dijo a través del escrito en el que defendió el uso de esas armas que aumentarían el poder represivo de una policía ya cuestionada por el excesivo y selectivo uso de la fuerza.

Las declaraciones fueron publicadas paralelamente a la presentación judicial para que la ANMAC “concluya con el trámite de autorización de importación”, según dice el texto del amparo por mora.

Además, el planteo judicial afirma que el congelamiento de ese trámite ocasiona “graves daños al interés público” e “interfiere de forma directa y flagrante en el diseño de la política pública del Ministerio de Justicia y Seguridad y de la Policía de la Ciudad”

D’Alessandro esgrimió una leve defensa de las Táser. Dijo que “son ideales para actuar en espacios reducidos con abundancia de público” y explicó que “cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable envían 400 volts durante cinco segundos».

«El objetivo es dotar a la Policía de la Ciudad de un armamento que le permita a sus efectivos protegerse y cuidar a los transeúntes y a los actores pasivos del hecho sin poner en riesgo la vida del atacante», adujo.

Lo cierto es que, a pesar de ser calificadas como “armas no letales”, las Táser pueden matar. Sobre todo cuando quien recibe las descargas tiene mayor sensibilidad a las descargas eléctricas, sufre cardiopatías o algún otro problema que, tal vez, desconozca.