El senador nacional por San Luis, Bartolomé “Bartolo” Abdala, figura entre los legisladores con peor imagen del país, según el último ranking de senadores nacionales publicado por CB Consultora en mayo de 2025. Con una imagen negativa del 40,8% y un diferencial de -32,5%, Abdala ocupa el puesto 70 de 72, apenas por encima de figuras históricamente cuestionadas como Alicia Kirchner, Juan Manzur y Oscar Parrilli.
Estos números reflejan un profundo rechazo ciudadano, especialmente en San Luis, donde Abdala es recordado como uno de los operadores más cercanos al exgobernador Alberto Rodríguez Saá. Su carrera política se forjó a la sombra del poder albertista, sin construir un perfil autónomo ni distanciarse de un modelo agotado que dejó a la provincia con serias denuncias por corrupción, clientelismo y desmanejo de fondos públicos.
Hoy, Abdala intenta reinventarse en el escenario político nacional alineado con el oficialismo libertario de Javier Milei, pero su presencia genera incomodidad. Desde el entorno presidencial no lo reconocen como representante directo del mandatario, y su rol dentro de La Libertad Avanza es, en el mejor de los casos, simbólico. De hecho, San Luis es una de las provincias donde Milei decidió no avalar candidatos ni estructuras locales, precisamente para evitar adhesiones oportunistas de dirigentes que, como Abdala, cargan con un fuerte pasado ligado a la vieja política.
Este intento de reconversión, sin embargo, no logra revertir su deteriorada imagen pública, ni en la provincia ni en el ámbito nacional. El informe de CB Consultora confirma lo que muchas voces políticas ya advertían: la sociedad ya no tolera a quienes formaron parte del sistema que hoy se busca superar.
En medio de un proceso de cambio impulsado por el gobernador Claudio Poggi, que busca modernizar y transparentar la administración pública, Abdala representa la resistencia del aparato que gobernó con impunidad durante años. Y su caída en los índices de aceptación no es más que el reflejo de una figura que se quedó sin territorio, sin respaldo y sin relato.