La presidenta brasileña descartó en Suecia, donde se encuentra realizando una visita oficial, que haya riesgo de ruptura del orden institucional en su país y salió al cruce de las versiones que hablaban de la renuncia de su ministro de Economía, Joaquim Levy.
«Sobre la cuestión política, les aseguro que Brasil está en búsqueda de la estabilidad política y no creemos que haya un proceso de ruptura institucional», declaró Rousseff.
En Estocolmo, donde se reunió con el primer ministro sueco, Stefan Lofven, la mandataria remarco que Brasil es «una democracia en la que hay un poder Legislativo, un poder Ejecutivo y un poder Judicial independientes, que funcionan con autonomía y armonía».
La semana pasada, el Supremo Tribunal Federal (STF, corte) emitió una medida cautelar que frenó el proceso de impeachment en la Cámara de Diputados, promovido por el opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).
Dirigentes de esa fuerza anunciaron que esta semana presentarán un nuevo pedido de enjuiciamiento de Rousseff avalado por el jurista Helio Bicudo, uno de los fundadores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Los pedidos de apertura de juicio contra Rousseff son recibidos por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien tiene la potestad de aceptarlos o rechazarlos. Cunha pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mayor socio de la coalición de gobierno y el espacio que integra el vice Michel Temer.
No obstante, el político evangélico se declaró enemigo personal de Rousseff, por lo que no se sabe si llegará a habilitar que se abra un juicio político que pueda desembocar en la destitución de la presidenta.
La situación de Cunha al frente de la Cámara baja está en jaque debido a sus presunta participación en la red de corrupción en Petrobras y además a que la semana pasada se descubrió que posee cuentas bancarias secretas en Suiza, las cuales no había declarado a las autoridades brasileñas, y que, según sospecha la Fiscalía suiza, recibieron fondos desviados de la petrolera estatal.
El pedido más sólido de apertura de juicio es el que presentará hoy al presidente de Diputados el jurista Bicudo y se basa en fundamentos jurídicos respaldados por el Tribunal de Cuentas, que encontró irregularidades en las finanzas públicas de 2014, y que pueden derivar en la destitución de la mandataria, en caso de que el Congreso, que es el que tiene la última palabra al respecto, determine que violó la Ley de Responsabilidad Fiscal.
En medio de la crisis política y económica, Rousseff salió a rechazar de forma contundente los comentarios sobre una posible salida del gobierno del ministro de Hacienda, Joaquim Levy. La mandataria, quien mantuvo una conversación el viernes con el funcionario antes de iniciar una gira por países nórdicos, dijo que Levy se mantendrá en su cargo de ministro.
«Él no está saliendo del gobierno. Punto. No trato más sobre este tema», dijo la mandataria, irritada. «Cualquier cosa se diga más allá de esto es en el terreno especulativo. Ustedes no especularán conmigo respecto al ministro de Hacienda», agregó la jefa de Estado.
Por otro lado, declaraciones del presidente PT, Rui Falcao, aumentaron la presión sobre la salida del funcionario. Falcao dijo que Levy debía cambiar la política o dejar el cargo. Enfática, Rousseff rebatió la declaración y dijo que esa «no es la opinión del gobierno». Y agregó: «Yo creo que el presidente del PT puede tener la opinión que quiera, pero no es la opinión del gobierno. Respetamos la opinión del presidente del PT, pero eso no significa que sea la opinión del gobierno», aseguró.
Por otro lado, en el marco de la visita a Suecia, Rousseff aseguró en Estocolmo que su país es «una opción segura y atrayente para inversiones». «Somos un país que ofrece grandes oportunidades y posee un ambiente de negocios sofisticado y seguro. Somos una gran democracia. Nuestra economía tiene fundamentos sólidos», dijo Rousseff ante empresarios y autoridades suecas, según declaraciones publicadas por la presidencia brasileña.
La mandataria destacó que su gobierno está «trabajando de manera decidida para fortalecer la salud fiscal (del país)» y aseguró que Brasil «está retomando el equilibrio, reduciendo la inflación, consolidando la estabilidad macroeconómica para aumentar la confianza y garantizar la reanudación del crecimiento».
La situación económica en el gigante sudamericano viene en deterioro, con inflación en alza y contracción de la actividad económica, pero pese a la crisis, Rousseff confirmó que su país sigue dispuesto a realizar la compra de 36 aviones cazabombarderos Gripen NG, fabricados por el grupo Saab.
Se trata de «uno de nuestros proyectos más importantes», dijo la mandataria respecto al acuerdo, que rondó los 4.700 millones de dólares.
«Brasil necesita más tecnología, innovación e investigación y Suecia es un socio clave», dijo la mandataria en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro Lofven.
Lofven, por su lado, señaló que el acuerdo suscrito entre ambos países generará al menos 1.000 puestos de trabajo en Suecia y tendrá repercusiones con nuevas empresas en ambos país.