Los representantes de 17 de los 18 países que comparten la moneda rechazaron el pedido del gobierno de Alexis Tsipras sobre una nueva asistencia financiera por dos años a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (el dispositivo encargado de financiar las deudas de los países socio) para «cubrir por completo sus necesidades financieras y la reestructuración simultánea» de deuda. De esta manera, Grecia se encamina hacia el default en el que caería en la medianoche europea por no pagarle al FMI una cuota de 1.600 millones de euros que vencieron ayer.
«El último límite para extender el programa era este fin de semana. A raíz de los procedimientos parlamentarios es imposible extenderlo más allá» del martes a medianoche, escribió el ministro eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, al finalizar la teleconferencia de los ministros del Eurogrupo, durante la cual analizaron la solicitud griega de recibir un nuevo rescate, el tercero en dos años.
El pedido de Atenas había sido confirmado oficialmente por la oficina de Tsipras a través de un escrito titulado «Grecia sigue en la mesa de negociaciones», para lograr un «acuerdo sostenible dentro del euro».
Antes de conocerse el nuevo pedido, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, había ratificado que Atenas no cumpliría con el pago al FMI. «No», respondió secamente el funcionario antes de entrar en su oficina. De hecho, el primer ministro Alexis Tsipras había dado a entender que el pago no se efectuaría porque el país no tiene ese dinero.
Ayer, se supo que el titular de la Comisión Europea -acreedora de Grecia-, Jean Claude Juncker, llamó a Tsipras para ofertarle un salvataje de 35 mil millones de euros para inversiones y fomento del empleo a cambio de que el gobierno impulse el «sí» al acuerdo en el referéndum del domingo y que se comprometa a solventar sus gastos internos. Grecia aún no respondió.
«El Gobierno griego tendría que aceptar las propuestas del viernes por la noche presentadas por el presidente (Juncker), y publicadas por la CE el domingo por la mañana, y tendría que hacer campaña por el «sí» a estas propuestas», confirmó en rueda de prensa el portavoz de la CE, Margaritis Schinas.
Desde Bruselas, la CE detalló que la oferta que Juncker le hizo a Tsipras fue que el gobierno griego haga frente a sus necesidades económicas y la sostenibilidad de su deuda, además de que para acompañar este acuerdo se podrían facilitar 35 mil millones de euros destinados a inversiones que fomenten el crecimiento y el empleo, procedentes de los fondos estructurales.
«La Comisión Europea pondrá todos los elementos a su disposición para ayudarles y eso está claro», añadió Schinas en relación a ese posible desembolso. Además, según contó, Tsipras telefoneó a Juncker y el presidente de la CE le explicó en esa conversación de «qué forma podría tener este acuerdo de última hora», cuando el programa actual de rescate terminó anoche.