San Luis (LaNoticia) 23-02-2021.   Tras el escándalo nacional de las vacunas VIP, y las declaraciones de Claudio Poggi, quien aseguró que Natalia Zabala Chacur le ofreció la vacuna contra el COVID-9 de forma anticipada, las colas de pajas comenzaron a salir.

Son dos dirigentes radicales, como lo anticipamos en este medio, Claudia Rocha y Walter Ceballos, quienes se inscribieron y fueron vacunados en la primer tanda de Sputnik-V, el 28 de enero, cuando solo le correspondían al personal esencial.

Ambos dirigentes, dieron su descargo cargado de egocentrismo, justificaron sus enfermedades prexistentes para ser vacunados, de forma anticipada, a miles de ciudadanos puntanos incluidos médicos y personal de seguridad, que esperado al tercer cargamento de vacunas. Y por delate de muchos casos de personas mayores con enfermedades preexistentes de base antes que los radicales.

¿Está justificada su vacunación? Si, no ponemos en duda que por sus enfermedades hoy están más seguros frente al COVID-19, pero, ¿por qué esperar a anunciar que fueron vacunados cuando explotó el escándalo?, ¿por qué salir a aclarar que lo hicieron bajo sus enfermedades en un tiempo que no les correspondían? ¿Hay discriminación o favoritismo del gobierno con los inscriptos? ¿Cuál es el criterio de vacunación?

Quien escribe esta nota, se inscribió antes que Rocha y Ceballos, y es una persona trasplantadas y con implantes, catalogado en riesgo, quien paso la enfermedad y ahora corre riesgo de reinfección, cuando se sabe que la misma es más grave que el primer contagio, aun no recibe la vacuna.

Rocha al igual que otros radicales y demás personajes políticos de San Luis habrían sido beneficiados por el gobierno de Alberto Rodriguéz Saá, al recibir la vacuna en silencio de forma anticipada, se da justo en la fecha que denunció Poggi, fines de enero.

Ante la censura impuesta por la sentencia del caso Masci-Spinuzza, dictada por la jueza Laura Molino, este medio no publicará ningún material informativo multimedia con respecto a lo que se da cuenta en la nota, a pesar que se considera de interés público-político y social.