Una consultora privada consideró muy limitada la posibilidad de mantener el equilibrio cambiario con la paridad actual
Un informe privado alerta acerca de que “muchos economistas ven improbable que se pueda mantener el tipo de cambio real en niveles tan bajos como el actual”. El análisis de la consultora Equilibra pone énfasis en la fuerte dependencia en el financiamiento externo privado para satisfacer la necesidad de dólares del modelo. Aun si las cuentas fiscales se mantienen ordenadas, “la evidencia nos enseña que las crisis cambiarias pueden ocurrir con superavit fiscal”, observan.
El reconocimiento de las dificultades que enfrentará tarde o temprano el Gobierno para mantener la paridad, aclaran desde Equilibra, “no deriva de prejuicios ideológicos, inclinaciones políticas o antipatías personales, sino del análisis económico fundado en teoría y datos”. La consultora que dirige Martín Rapetti explicita las condiciones bajo las que funcionará el modelo vigente en materia de oferta y demanda de dólares entre 2026 y 2030.
El resultado de ese ejercicio arroja necesidades de divisas por unos 214.000 millones de dólares, equivalentes a entre el 5 y 6 por ciento del PBI o el 31 y 36 por ciento de las exportaciones por año. Para ello asumen que se demandarán dólares para “que el Banco Central acumule reservas como establece el acuerdo con el FMI; para abonar el servicio de los Bopreales y para que el sector privado —empresas y personas— continúe dolarizando una porción de sus ahorros”.
Además, acuerdan en que habrá un déficit de la cuenta corriente anual de entre 1,5 y 2 por ciento del PBI; lo cual ocurrirá de la mano del crecimiento moderado de las importaciones de bienes y del déficit en la cuenta de turismo, entre otros, compensado parcialmente por las exportaciones.
Aclaran que la estimación adopta supuestos muy conservadores, pero aun así es necesario asumir que el país reingresa a los mercados de capitales privados para refinanciar su deuda. En este sentido, les resulta “muy improbable que se abra un escenario de financiamiento externo tan favorable” para solventar necesidades de divisas que son tan altas.
“El sector privado nunca obtuvo financiamiento externo por tanto tiempo y por tanta magnitud como la que estimamos para 2026-30”, afirman desde Equilibra. “En las experiencias pasadas de tipo de cambio bajo en Argentina, fue el sector público —mediante el endeudamiento externo— el gran proveedor de los dólares que demandaba el sector privado para financiar su ahorro en dólares y el déficit de cuenta corriente”, pero esta vez es al revés: el sector privado deberá conseguir los dólares que faltan y “no vemos qué cambió tan rápida y profundamente en el país como para que esta vez la trayectoria sea diferente” a episodios anteriores.
Metas de Reservas Internacionales
Mientras que a fines de marzo, “antes del acuerdo (con el FMI), las reservas internacionales netas estaban en terreno negativo por unos 6.000 millones de dólares –sostiene la consultora-, el memorando firmado prevé que las mismas lleguen a 79.400 millones de dólares para 2030; lo cual implicaría que alcancen un valor equivalente al 10 por ciento del PBI”.
Por otro lado, desde Equilibra contrarían la visión del Gobierno de que para mantener equilibrada la flotación del tipo de cambio «no se necesitan reservas”. Aclaran que todos los bancos centrales de la región de países con régimen de flotación cambiaria –Brasil, Colombia, Perú, Paraguay y Uruguay- tienen muchas reservas: “Ninguno de estos países tiene reservas menores que el equivalente al 15 por ciento del PBI”.
Más aun, no son menores “al 20 y 35 por ciento del PBI” en aquellos países con economías bimonetarias, como Perú y Uruguay, señalados como referencia por el FMI.
Estos son algunos de los números calculados por la consultora y que ponen de manifiesto las dificultades que enfrenta el modelo económico. Aun con proyecciones benévolas, la dependencia del financiamiento externo es muy abultada y esto “puede derivar en un ajuste cambiario traumático” si ese fondeo se interrumpe. Además, aclaran que “las crisis cambiarias pueden ocurrir aun con superavit fiscal”, una muletilla del Gobierno que no sirve para curar todos los males que tiene el país.
Para reducir las necesidades de financiamiento externo, “en vez de déficit, la economía va a necesitar superávit de cuenta corriente”, concluye en su informe Equilibra. “Con un modesto superávit de cuenta corriente (en torno al 1 por ciento del PBI) por unos años, las necesidades de financiamiento externo que estimamos en este informe se reducirían a la mitad”, estiman. No sin tener en cuenta que dicho resultado requeriría un tipo de cambio más competitivo, que es un camino que el Gobierno prefiere evitar por las eventuales consecuencias inflacionarias.