La crisis en el Partido Justicialista se profundiza. Dirigentes que alguna vez respaldaron a Alberto Rodríguez Saá ahora huyen de su sombra, revelando la fractura interna que carcome al partido. La renuncia de Rosa Calderón, intendenta de Villa de la Quebrada, fue solo el comienzo. Calderón dejó claro su descontento con la lista de autoridades, un listado aparentemente armado a gusto y placer de Rodríguez Saá sin el mínimo consenso.

José Martínez, ex intendente de Renca, fue aún más directo: su renuncia al PJ es «indeclinable» y exigió que se haga efectiva de inmediato. Martínez, quien fue jefe del Plan de Inclusión Social, no solo se va del partido sino que apunta directamente a la figura de Rodríguez Saá.

Luis “Piri” Macagno, ex secretario de Turismo, también dio un portazo. Su denuncia sobre la falta de transparencia y la arrogancia en las decisiones es contundente: fue incluido en la lista sin siquiera saber en qué puesto estaría. Su sorpresa al descubrir que debía informarse por los medios es una muestra de la falta de respeto y el desconecte de las autoridades con la militancia. Al final, quienes quedaron en el partido son aquellos fieles a Rodríguez Saá, una lista a la medida del ex gobernador.