La Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación acaba de anunciar la presentación de un Proyecto de Ley sobre el aborto ante el Congreso Nacional. Alberto Fernández y el Frente de Todos decidieron darle la espalda al proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que tuvo media sanción en el 2018, que ya está presentado nuevamente y que, incluso, tiene estado parlamentario desde el año pasado.

Por:

Johana Gómez.

Referente provincial del PTS / Frente de Izquierda – Unidad y de la Agrupación de Mujeres y Disidencias “Pan y Rosas”.

Hasta hace pocas semanas, la excusa del Gobierno nacional era que no se podía legalizar el aborto porque estábamos en medio de la pandemia, con un sistema sanitario al borde del colapso. Por el contrario, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito demostró que las secuelas de los abortos inseguros y clandestinos eran motivo de internaciones que podían evitarse.

Entonces, de la noche a la mañana, la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación decide enviar su Proyecto de Ley sobre interrupción voluntaria del embarazo a sesiones extraordinarias del Congreso Nacional, al tiempo que desde la Casa Rosada se anuncia una nueva fórmula de movilidad previsional que perjudicará las jubilaciones de millones de personas.

Asimismo, mientras el Ejecutivo Nacional le ruega al Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo que, seguramente, implicará mayores condicionamientos para el país, las mujeres muertas por abortos inseguros y clandestinos siguen siendo moneda de cambio para la demagogia de los partidos políticos mayoritarios del régimen.

Del año pasado (electoral, lleno de promesas sobre el bidet) al 2020 nos dijeron de todo: “hay 2019” y “este año tampoco porque hay pandemia”. En ese lapso, el fundamentalismo anti-derecho al aborto se fortaleció, saliendo a las calles con reivindicaciones patrioteras, anti-vacunas, terraplanistas, anti-comunistas, reaccionarias, conservadoras y fascistas.

Y, también, el actual Gobierno del Frente de Todos reforzó la presencia de la Iglesia Católica y de las Iglesias Evangélicas en varios sectores de las instituciones del Estado, que el mismo macrismo había propiciado. Es más, recientemente, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, recibió a representantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, pero también se reunió con las organizaciones “celestes”, que pretenden seguir impidiendo que se legalice.

Lo cierto es que, al día de hoy, no se conoce públicamente el proyecto del oficialismo nacional, y este año que termina no se cuenta solamente en días y semanas. También se cuenta en las vidas que se siguen perdiendo por abortos inseguros y clandestinos, en pleno siglo XXI, y con un Presidente que dice que “está a favor” de la legalización.

Por eso no es una frase hecha aquella de que “no podemos esperar regalos de ningún Gobierno”. Si el derecho al aborto se mantuvo en el debate público, ganando cada vez mayor apoyo social, fue por el impulso del movimiento de mujeres y sus aliados.

Hoy, nuevamente, tenemos el desafío de regresar a las calles y exigir a sindicatos, centrales y federaciones sindicales, centros de estudiantes, federaciones universitarias, organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y políticas que se pronuncien activamente para conquistar nuestro derecho, sin permitir que los sectores reaccionarios impidan o impongan recortes a nuestro irrenunciable derecho a decidir y no morir por abortos inseguros y clandestinos.  

Entre tantas maniobras e interrogantes, solo una cosa es segura: para que sea Ley, la fuerza está en nuestra misma e independiente organización, y en las calles.