Con la consigna “la deuda es con nosotras y nosotres, que la paguen quienes la fugaron”, decenas de miles de mujeres se movilizaron a la Plaza Congreso en el marco de un nuevo Paro Internacional Feminista. «El movimiento feminista ha vuelto a ocupar las calles masivamente», expresó el documento de cierre de la marcha, centrado, entre otros puntos, en el impacto de la deuda con el FMI en la economía de mujeres y disidencias sexuales, el reclamo por los más de 50 femicidios acumulados en lo que va del año, la exigencia de reforma judicial feminista y el repudio a la violación grupal de Palermo. Además, en las calles se pidió por la de absolución de Higui y la aparición con vida de Tehuel de la Torre.
Pasadas las 18 horas del martes, mientras dentro del Congreso se debatía en comisiones el futuro de la deuda contraída por el Gobierno de Mauricio Macri, en una plaza llena comenzaba la lectura del documento colectivo que dejó clara la postura: “Que la paguen los que la fugaron”. «El movimiento feminista ha vuelto a ocupar las calles masivamente. Ni la pandemia, ni el empobrecimiento, ni la violencia machista que no toleramos más pudieron evitar que volvamos a decir que el 8 de marzo es el día internacional de la huelga feminista«, señalaron las oradoras desde el escenario montado a las puertas del palacio legislativo.
El documento de Ni Una Menos
«Hoy paramos en nuestros trabajos, en nuestras casas y de las muchas maneras que podemos parar de hacer lo que los mandatos patriarcales nos demandan. Estamos aquí, con el dolor y la rabia por las compañeras que nos faltan, por la violación en grupo de la que somos testigos, porque es una conmoción nacional que exige darlo vuelta todo», agregó el documento firmado, entre otras organizaciones, por el Colectivo Ni Una Menos, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Socorristas en Red, la Unión de Trabajadorxs de la Tierra, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y las madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y Taty Almeida.
Desde las 16 horas, las columnas de Ni Una Menos, de organizaciones sociales, políticas y sindicales, habían comenzado a avanzar por Avenida de Mayo al ritmo de bombos y del canto del ya clásico «América Latina va a ser toda feminista«. Entre humos de bengalas violetas y verdes, Abril Pereyra, joven de 23 años que llegó a la plaza junto a sus amigas desde Mataderos, señaló a este diario que «el año pasado preferimos no venir por la pandemia, pero este año no podíamos faltar, hay muchos reclamos pendientes y bronca acumulada«.
«Creo que la consigna de la deuda tiene que ver con eso, con que nuestros reclamos más concretos todavía no se resuelven y las mujeres sufrimos el doble las crisis económicas», agregó Pereyra, que sostenía un cartel con la misma consigna de la marcha. «Estamos más precarizadas, más pobres y eso sin contar la brecha salarial«, añadió a su lado Malena, una de sus amigas que llegó a las apuradas tras salir de su trabajo en un call center: «Si hacía el paro me echaban«, aseguró la joven, con una remera en la que se leía la frase de convocatoria del primer paro feminista, el 8M de 2016: «si nuestras vidas no valen produzcan sin nosotras«.
«Somos les precarizades: nuestros derechos laborales son avasallados diariamente. Todavía sufrimos las brechas de género tanto en el acceso a puestos de trabajo como en los ingresos», destacó el documento de cierre del 8M, que exigió «paritarias en todos los ámbitos laborales acorde a la inflación y a la dignidad de la vida». Pereyra sentenció que «lo que ellos se fugaron nosotras lo pagamos con trabajo y hasta con nuestras vidas, no pueden faltar recursos para socorrer a las mujeres que son violentadas».
51 femicidios en solo dos meses
«Un femicidio cada 28 horas«, decía, a unos metros, un afiche pegado contra una pared de Avenida Callao, a metros de Rivadavia. La cifra atiende a las estadísticas recabadas por el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven. El último registro, publicado el primero de marzo de este año, arrojó un total de 51 femicidios en solo dos meses: uno cada poco más de un día. «Reclamamos la Ley de Emergencia en violencia de género. Necesitamos que las medidas de protección para situaciones de violencia de género lleguen a tiempo», advirtió el documento.
En ese sentido, durante la marcha se volvió a exigir una «reforma judicial feminista». «La Justicia no te escucha cuando denunciás, llega tarde cuando te violentan y después no juzga como tiene que juzgar«, opinó María Herrera, de 34 años, que fue a la plaza junto a su hija de 8. Los nombres de Higui y Tehuel también fueron protagonistas de la jornada. «A un año de la desaparición de Tehuel, exigimos la búsqueda y aparición con vida ya», reclamó el documento, mientras una bandera se preguntaba «¿quién busca a Tehuel?».
Tras el cierre de la marcha, una columna de la Campaña por la Absolución de Higui desconcentraba por Rivadavia al grito de «una lesbiana se defendió, se llama Higui y queremos la absolución«. La columna llevaba una bandera con ese reclamo y recordaba la inminente fecha del juicio, que el próximo 15 de marzo Higui enfrentará por defenderse de una violación grupal. “No son animales, son varones”, se leía en otro de los carteles de la plaza. La sostenía Malena Irianni, de 26 años, en referencia al caso de la violación grupal de Palermo. Irianni dijo a este diario que «los que violan están criados en esta sociedad misógina y patriarcal».
Al finalizar la lectura del documento colectivo, las organizaciones de mujeres y disidencias de los partidos del Frente de Izquierda realizaron otro acto paralelo, en el que rechazaron «el acuerdo del Gobierno con el FMI». «Basta de hambre, violencia y femicidios», agregaron en un acto en el que también pidieron por la absolución de Higui, la aparición con vida de Tehuel y la separación de las iglesias del Estado.