Como una ola que se sabe dónde empieza pero no dónde termina: así está planteado el conflicto entre las provincias y Javier Milei. El presidente forzó a un eventual aliado como el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, a encabezar una rebelión desde el interior que desafía la autoridad del Gobierno para imponer el ajuste fiscal. El chubutense presentó este lunes dos planteos judiciales, uno de ellos ante la Corte Suprema, para recuperar los 13.500 millones de pesos de coparticipación que Nación le recortó intempestivamente. Este martes llegará a Buenos Aires para participar de una conferencia de prensa en el Senado, donde es posible que anuncie que cumplirá con la amenaza de cortar –al menos por 24 horas– la producción de petróleo y gas, para lo cual cuenta con el apoyo de sus pares patagónicos y de Juntos por el Cambio. En ese marco, el Presidente echó más leña al fuego con la decisión de eliminar el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la provincia de Buenos Aires, lo que profundizó su confrontación con Axel Kicillof, quien también anunció que recurrirá al Máximo Tribunal y que se plantea una respuesta de carácter político en conjunto con sus pares del resto del país, como impulsar la derogación del megaDNU inaugural de la gestión libertaria.
Recién llegado desde Estados Unidos, Mileil contraatacó con una denuncia penal contra Torres por “chantaje y extorsión», «abuso de autoridad» y hasta «negociaciones incompatibles» con la función pública, que quedó radicada en el juzgado de Julián Ercolini. También apeló a varios de sus expresivos “me gusta” en Twitter, uno de los cuales –el menos ofensivo– llama “boludazo” al gobernador de Chubut.
“Yo quiero dialogar, pero no me voy a dejar apretar”, se defendió Torres en la noche del lunes, durante un discurso frente a la Legislatura chubutense. Allí se votó un proyecto de ley –con apoyo del peronismo local– que lo faculta a impulsar «todas las acciones que conduzcan a hacer cesar la ilegalidad y atropello del Gobierno nacional», lo que en principio lo habilita a impulsar las medidas de fuerza que tiene en carpeta.
Con ese respaldo llegará a Buenos Aires para anunciar los próximos pasos en su guerra con Milei. Hablará desde el Senado junto a sus pares Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Vidal (Santa Cruz), Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Una de las posibilidades que se barajan es que se haga un paro de 24 horas en la producción de hidrocarburos. Melella adelantó que el resto de las provincias productoras están dispuestas a sumarse, aunque pidió que se abra un canal de negociación con la Nación que frene la locura. «Todas las provincias patagónicas vamos a acompañar, pero esperamos que haya un camino de diálogo de acá al miércoles», dijo. «Van a defender los recursos y los derechos que le corresponden por ley a las provincias hasta las últimas consecuencias», dejaron claro en el entorno del chubutense sobre la psoible unidad de acción de los mandatarios del sur.
Torres ya había recibido este fin de semana el respaldo de sus pares de Juntos por el Cambio y, este lunes, también sumó el de Kicillof. «Está en juego la unidad nacional y la Constitución Argentina», lo apoyó. Kicillof también propuso una reunión de todos los gobernadores, sin importar los colores políticos, para defender los recursos provinciales del ajuste de Nación. Según pudo saber Página/12, la idea deun encuentro federal circula hace tiempo en un grupo de wasap que comparten los 24 mandatarios provinciales, pero todavía no hay fecha prevista ni lugar definido para la convocatoria.
Un mail, un chat y varios tuits
El reclamo del gobernador de Chubut se centra en los 13.500 millones de pesos que el Estado nacional decidió descontar de manera intempestiva de la cuota de los fondos de coparticipación que le corresponden a la provincia. El argumento del Gobierno para no pagarlos fue que de esa forma se cobró una deuda de la administración provincial anterior con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, es decir, con la Nación.
El contrapunto por la plata derivó rápidamente en un conflicto de carácter político. Torres buscó como una primera solución pedirle permiso al Gobierno para emitir un bono destinado a cancelar esa deuda y poder entonces contar con los fondos frescos y, según dijo, ese planteo fue ninguneado. El ministro de Interior, Guillermo Francos, intentó desmentir esa versión publicando la captura de un mail a través del cual le pasaba la pelota a la gobernación. «Contrariamente a lo que dijo el vicegobernador, le respondimos con un mail el día 23 de febrero requiriéndole la documentación necesaria para avanzar con la operación de emisión solicitada, conforme a la normativa vigente. Estamos aguardando la respuesta», dijo el ministro.
La respuesta del chubutense fue al fleje: el ministro de de Economía local, Facundo Ball, posteó otra captura, la de un chat que habría tenido con un funcionario del Gobierno nacional en el que había recibido la orden de retener los fondos porque había «enojo» de Milei con Torres. Cerca del gobernador dicen que la tirria presidencial se desató cuando la provincia presentó ante la justicia federal una cautelar para frenar la quita de subsidios al transporte del interior. La quita de fondos de la coparticipación es interpretada como una vendetta política de Milei a esa decisión. https://iframely.pagina12.com.ar/api/iframe?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2FFacundoBall%2Fstatus%2F1762072960846770600&v=1&app=1&key=4676b5fdc083257ea87f71608c74e9fe&playerjs=1
El Presidente ya había desatado su furia anteriormente contra los gobernadores que se le animan: el extitular de la Anses, Juan Carlos Giordano, y la exsecretaria de Minería, Claudia Royón, volaron de la gestión luego de sus jefes políticos, el gobernador cordobés Martín Llaryora y el de Salta, Gustavo Sáenz respectivamente, retiraran su apoyo a la ley ómnibus. Torres sí la había acompañado, y por eso su provincia fue una de las pocas junto a Corrientes en recibir durante enero los mentados fondos discrecionales. El amor con el presidente, se ve, duró más bien poco.
Entre todos los insultos que le propinó, Milei dijo sobre Torres que «es un pobre chico que no pudo leer ni un contrato». “Qué locura, por Dios, ¿en qué país vivimos?», le respondió anoche el Gobernador, quien le espetó al Presidente que «se inventa enemigos imaginarios». También le dejó una chicana: «Al único gobernador que le habilitaron endeudarse sin tasas usurarias fue al de Tucumán», en referencia a Osvaldo Jaldo, uno de los pocos mandatarios afines al Gobierno que quedan en pie.
La rebelión del interior
Un breve respaso por las declaraciones de gobernadores de distintos espacios políticos en los últimos días describe la profundidad del enfrentamiento con la Rosada:
«Tenemos que parar la pelota y pensar en la gente, que está viviendo con mucho dolor, angustia y una tremenda incertidumbre de lo que va a pasar mañana en la Argentina. Ya pasó la Batalla de Caseros y la guerra de Unitarios y Federales», dijo el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio (PRO).
«Nacho Torres es un gobernador que defiende con coraje los intereses de su provincia. La Argentina debe recuperar el diálogo y el respeto institucional. El progreso y el cambio que el país necesita se construye con firmeza pero sin imposiciones», posteó en Twitter el mandatario de Santa Fe, Maximiliano Pullaro (UCR).
«Estamos viendo que hay molestia en el interior porque siguen los subsidios en el AMBA y en el interior del país no, no entendemos qué pasó. También queremos saber quién va a estar a cargo de Infraestructura. Tendremos que hacer las obras importante sin apoyo de Nación», sumó el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés (UCR).
«Le pido al gobierno nacional, que pare un poquito la pelota, que calme los ánimos. No es tiempo de malevos y guapos. Los argentinos necesitan dirigentes con racionalidad, que todos tengamos que renunciar a algo, pero no de esta manera”, aportó Gustavo Melella, de Tierra del Fuego (Concertación-PJ).