Pese a la leve brisa que corría en los pasillos del Congreso y una noche primaveral en la que se necesitó algún tipo de abrigo, hubo una persona en el Parlamento que probablemente haya transpirado de más. Pero no se trató del Presidente, quien dio un discurso de 50 minutos sin apartar sus ojos de las hojas escritas, sino del director de cámaras a cargo de la transmisión oficial de la cadena nacional. Es que al pobre señor o señora le encargaron una misión casi imposible: que no se note la ausencia de más de la mitad de los legisladores, a la vez que los poncheos sean exclusivamente para diputados y senadores oficialistas o a los funcionarios del Gobierno.

«Dato. Apenas comenzó la cadena nacional, el encendido de la TV abierta bajó más de 10 puntos. El Trece, Canal 9, América y la TV Pública bajaron a menos de 1.0. El primetime del domingo toca el número más bajo por primera vez en el año», posteó en X de Real Time, una cuenta especializada en mediciones de rating.

La cadena nacional -que simbolizó un apagón televisivo, con apenas cuatro puntos de rating sumado todos los canales- realizó paneos del recinto a medias, a la vez que se abusó de los primeros planos.  Y así, en la casi hora que duró la transmisión se ocultó una imagen que sí se difundió en las redes sociales y es la que se ilustra en el fin de esta nota: un Congreso semi vacío.