Mientras las internas a cielo abierto en el Gobierno siguen hilvanando episodios cada vez más radicales, hay un dato que preocupa y es telón de fondo de la disputas: la inflación de abril bajará menos de lo esperado y, según dijeron a Página I12 fuentes oficiales, estará bastante cerca del 6 por ciento, con alimentos golpeando muy fuerte. 

En ese contexto, en la Casa Rosada se preparan para otro golpe duro el 12 de mayo, cuando el INDEC dé a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que tendría una baja módica respecto al 6,7 por ciento de marzo, pero más relacionada a la caída de precios que no tienen que ver con la canasta básica. 

La orden de Alberto Fernández

En paralelo, en las últimas comunicaciones que mantuvo, por teléfono o presenciales, el presidente Alberto Fernández le ordenó a los ministros del Gabinete Económico gestionar y no correrse «del camino trazado». 

De ahora en más, según cuentan, cualquier respuesta del albertismo a las críticas del kirchnerismo vendrán de boca el primer mandatario. La orden se transmitió horas después de que, una vez más, el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés «El cuervo» Larroque, criticara a los ministros de Economía, Martín Guzmán, de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y de Trabajo, Claudio Moroni. 

El funcionario bonaerense los culpó de estar llevando al Frente de Todos a una derrota y le tiró por elevación al Presidente: «No se va a llevar el Gobierno a la mesita de luz», dijo. 

En el equipo económico no son pocos los que creen que, a esta altura, algunos de los mensajes en la interna oficial ya no disputan el modelo económico sino algo más, el manejo del poder político

Aníbal Fernández y Andrés Larroque

En esa línea está, también, Aníbal Fernández, actual ministro de Seguridad  pero, sobre todo, alguien que habla seguido con el Presidente y puso en palabras aquella sospecha cuando interpretó las declaraciones de Larroque como un «pegarle al chancho para que aparezca el dueño». Una metáfora de que la crítica a los ministros es, en realidad, un golpe al Presidente. 

Así y todo, los ministros económicos se perjuraron no entrar en el barro de las declaraciones públicas. En las últimas horas, los que frecuentaron a Guzmán afirman que sigue gestionando «avalado por el Presidente y preocupado por la escasez de dólares». 

En la cartera que conduce el pupilo de Joseph Stiglitz observan que este año la Argentina volverá a crecer, al menos 4 por ciento, aunque un salto mayor dependerá de conseguir divisas para no frenar las mejoras. 

La inflación de abril

Respecto a la inflación de abril, según supo este diario, confirman que estará más cerca del 6 que del 5, pero arriesgan y sostienen la teoría de que «será el número más alto de lo que queda del año». De allí en adelante, esperan de 4 puntos para abajo. 

Así y todo, la inflación anual superaría ampliamente el 60 por ciento.

Un dato extra: aún en esta dinámica súper inflacionaria, abril volverá a tener al consumo creciendo aunque desacelerando. Se espera que sea el décimo mes consecutivo de alza en el gasto de los hogares, algo que no pasaba desde 2004.

Naturalmente, la desaceleración de ese número es la que preocupa, porque empieza a mostrar cierta elasticidad a la marcha de los precios. Pero el consumo masivo se ha vuelto, también en este escenario, uno de los pilares de la recaudación impositiva, cuyo crecimiento en términos reales es el ancho de espadas de Guzmán para ejecutar el gasto.

El ministro de Economía, bajo fuego de parte del kirchnerismo, sigue en una especie de cuerda floja imaginaria. En el entorno de la vicepresidenta Cristina Kirchner, lo quieren afuera. Y la banca del Presidente existe pero algunos funcionarios consideran que debería ser más fuerte en público. 

El primero desde Roberto Lavagna

Guzmán es, por estas horas, un caso raro en la política: es, desde Roberto Lavagna, el ministro de Economía que más tiempo lleva en el cargo. Supera a Amado Boudou, a Axel Kicillof y a Nicolás Dujovne, el ministro que contrajo la deuda de Mauricio Macri con el FMI. 

Ese dato, per sé, no explica más que un poder de supervivencia que evita, por ahora, salidas rápidas por ollas a presión de la política, cosa que le ha pasado a tantos outsiders. Hay algunos colegas que admiten esto pero, a la vez, afirman que el estilo genera problemas. 

Hoy, a Guzmán lo empuja su ego y convencimiento, según cuentan en su entorno. Y no parece dispuesto a permear ante las críticas recientes que lo ubican cerca de los círculos de poder. «Continúa con su misma agenda», relatan los que lo frecuentan. 

Así, el miércoles almorzará con los empresarios del Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp), organismo que preside Daniel Funes de Rioja. Luego estará con el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, en el Polo Científico y cerrará la semana el viernes con visitas a fábricas en Salta. Ese mismo día, hablará CFK en el Chaco, y se esperan nuevos mensajes en clave de la interna.