El senador libertario Bartolomé Abdala, actual presidente provisional del Senado, está bajo el foco de la opinión pública tras sus recientes declaraciones y críticas desde distintos sectores. Abdala admitió emplear a más de 15 asesores, 13 de ellos en San Luis, argumentando que trabajan en actividades relacionadas con su labor política y beneficencia en la provincia. Además, justificó esta presencia con su intención de postularse como gobernador de San Luis, lo que desató acusaciones de malversación de fondos públicos, ya que los recursos legislativos estarían siendo utilizados para fines políticos y no legislativos.
El periodista Alejandro Fantino no dejó pasar la controversia y, en su programa en Neura, ironizó sobre el rol de Abdala, sugiriendo que debería “ponerse a trabajar como electricista del automotor”. Además, Fantino agregó que el cargo de presidente provisional del Senado podría pasar a manos del senador radical cordobés Luis Juez, a quien calificó como otro miembro de «la casta al poder» que Milei busca consolidar dentro de su espacio político.
Estas declaraciones reavivaron el debate sobre el manejo de los recursos públicos y las prioridades de los representantes en el Senado. Mientras tanto, la figura de Abdala enfrenta mayor escrutinio, tanto desde los medios como dentro del propio ámbito político, en medio de las tensiones que genera su alianza con Javier Milei y su autoproclamado combate contra la «casta política».
La polémica pone en relieve el desafío de los legisladores para justificar el uso de recursos en un contexto donde las promesas de cambio y transparencia siguen siendo un eje de demanda social.