Por «Charly» Pereira, Diputado Provincial
Raymond Williams, destacado crítico cultural de la Escuela de Birmingham, escribió que “ la mayoría de nosotros, antes de recibir cualquier tipo de educación literaria, llega a saber y valorar una vida surgida de la costumbre, ( también siente sus tensiones). Vemos y aprendemos de las formas en que nuestras familias viven y obtienen su sustento, un mundo de trabajo, de situación, de creencias tan profundamente disueltas en las acciones cotidianas, que al principio ni siquiera sabemos que se trata de creencias, sujetas al cambio y a ser cuestionadas”.
Williams nació en la familia de un trabajador ferroviario de la zona rural en la frontera de Gales con Inglaterra y fue uno de los primeros hijos de la clase trabajadora británica que pudo ingresar a la educa…
Este párrafo de Williams que obra en el libro “ El campo y la ciudad”, que leía de forma intermitente durante las noches, después de las extensas jornadas de la campaña electoral, me resultó de toda oportunidad al tiempo en que desarrollábamos dicha agenda. En la experiencia de ese dialogo y vínculo que establecimos con los electores de cada uno de los de los lugares y barrios de la ciudad y del departamento Capital, aquello de “ cuando la costumbre es estancamiento o cuando las antiguas ilusiones siguen repitiéndose como verdades atemporales”, aparecía en las palabras –con las propias palabras y recursos expresivos de cada cual- de una inmensa mayoría de ciudadanos, principalmente en el lenguaje de ciudadanos que viven en las zonas más pobres del gran San Luis.
La contundente mala praxis de los gobiernos nacional y provincial de Alberto Fernández y Alberto Rodríguez Saá durante la pandemia, que provocó el quebranto económico de miles de argentinos y puntanos, puso en crisis el contrato que culturalmente el peronismo había establecido desde siempre con los sectores pobres y las clases trabajadores –“ las antiguas ilusiones”- y que se les revelaba a éstos en términos de contención, protección y movilidad social. Ésta es la crisis que conmovió el mundo de las creencias en que esos electores han venido viviendo, creencias que se hayan “ tan profundamente disueltas en las acciones cotidianas, que al principio ni siquiera sabemos que se trata de creencias”.
Los líderes democráticos, dicen Duran Barba y Nieto, deben conocer los valores de los electores, respetarlos y dialogar con ellos para que comprendan otros puntos de vista y, también, obtener sus votos. Este es el trabajo que hemos realizado los políticos y candidatos que integramos la oposición a los populismos nacionales y provinciales y que podemos traducir hacia el futuro como un capital político y experiencial que nos fortalece de cara al desafío crucial que constituye la elección nacional y provincial del 2023.
Este capital que se ha constituido a partir de una lógica de dialogo, escucha y reconocimiento de las necesidades, sueños y temores de los ciudadanos es lo que nos ha permitido conocer el cambio de creencias de una enorme cantidad de argentinos y puntanos y que desde luego nos ha servido para entender ese incipiente “cambio en el corazón de los lugares donde hemos vivido, trabajado y crecido” ( Williams). Es labor nuestra como dirigentes políticos seguir promoviendo, cultivando y esperanzado el Cambio, el cambio de creencias y de las costumbres que nos han disuelto en la cotidianeidad del pobrismo y el atraso.