San Luis (LaNoticia) 06-09-17. Tras la `disputa de terreno´ entre el hijo del intendente y Sonia Abarca, se debería analizar la actitud del concejal más que la de la dirigente adolfista.
Si bien todo acto que conlleve violencia es injustificable en sí mismo, muchas veces es más injustificable todavía cuando alguno de los actores, se supone, tiene una instrucción y un cargo que lo hacen pasible de las mayores críticas.
Es sabido que Sonia Abarca es una figura política totalmente polémica, que goza de una impunidad tal que la lleva a querer llevarse al mundo por delante, pero si uno analiza detenidamente el audio de la discusión que tuvo con el hijo del intendente, Germán `Malevito´ Ponce, es fácil entender que quien tuvo un comportamiento más patoteril, fue el propio Ponce, quien se muestra arrogante ante Abarca y hasta se nota que es quien comienza con las agresiones.
El comienzo del audio, muestra que Abarca se acerca a la gente del poncismo, y habla `cortésmente´ con una piba que se identifica como “Melisa Barnes”. Destacamos el `cortésmente´, porque quien conoce a Abarca sabe que es una mujer de hablar en tono alto, pero se diferencia cuando habla enojada, y esto uno lo puede advertir por el tono que utiliza con Barnes, al utilizado cuando recibe la primera agresión de Ponce (h).
Barnes, demostró ser una persona totalmente respetuosa, porque hasta llega a identificarse cuando Abarca le pide que lo haga, aun cuando no tenía la obligación de hacerlo porque no estaba ante autoridad policial alguna. Barnes demostró que se puede dialogar aun cuando enfrente se tiene a Sonia Abarca. Barnes demostró calidad de persona, todo lo que no pudo hacer Ponce (h) y sería muy bueno que el concejal pase más tiempo con Barnes, para ver si puede contagiarse de buenos hábitos en el trato.
Se puede decir que el diálogo entre Barnes y Abarca venía bastante bien hasta que entra en escena Ponce (h), a quien, al igual que a Barnes, y como si fuera policía, Abarca le pregunta “¿Cómo te llamás vos?”. Antes de la pregunta, o mientras preguntaba, se nota que Abarca toma a Ponce (h) del brazo o de otro lado, porque se alcanza a escuchar “no me toque a mí”, demostrando desde el vamos una actitud hostil por parte del concejal. Cuando Abarca se identifica y le dice que él es “el hijo del intendente Enrique Ponce”, ya lanzó la primera frase violenta: “yo sé quién es usted, usted es la de los audios que aprieta gente”.
Aparentemente, alguien intenta separar y como que la cosa transitaba hacia la calma, pero vuelven a cruzarse verbalmente, algo que lo deja más mal parado a Ponce (h) por su condición de concejal y supuestamente instruido.
En un momento, Ponce (h) la trata de “ladrona de los Saá”, sin recordar que hasta no hace mucho él y su padre fueron socios políticos de los hermanos Rodríguez Saá y que hasta tocó con su banda musical en Terrazas del Portezuelo en los jueves musicales que inventó el actual gobernador. Ponce (h) la trata de “patotera”, sin medir que él estaba jugando el mismo papel.
En un momento, Abarca le pregunta ¿Dónde vivís vos? Y acto seguido ante la misma pregunta de su oponente, ella responde “yo vivo acá en el barrio Rawson”, lo que disparó una violencia verbal insólita y fuera de lugar de Ponce (h), quien la arremetió a los gritos totalmente sacado, en una actitud violenta incomprensible “¿Y qué tiene, sos mejor persona? ¿Quién te creés que sos? Caradura”. Hasta le echa en cara “la mansión que tiene el Adolfo de 70 millones”, cuando en realidad si tiene algo que decir sobre el tema, sería muy bueno que Ponce (h) se lo diga en persona a Adolfo Rodríguez Saá, en tal caso.
Le guste o no a la gestión Ponce, el concejal e hijo del intendente llevó adelante violencia de género sobre Sonia Abarca, demostrando una actitud patoteril que alguna otra vez ya demostró cuando su padre fue escrachado en la esquina de Colón y Pringles ante la visita del presidente Mauricio Macri.
Es vergonzosa este tipo de actitud, porque Germán Ponce es concejal de la ciudad, es un empleado del pueblo de San Luis que le paga su sueldo con el pago de impuestos y en lugar de haber dado una conferencia de prensa para echar culpas a Abarca, debió dar un conferencia para pedir perdón al pueblo de San Luis por su actitud patoteril, soberbia y violenta.
Ante todo queda flotando la gran pregunta en el ambiente ¿Qué dirán los concejales capitalinos ante esta actitud de uno de sus pares?
Carlos Rubén Capella
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