Ante la falta de respuestas satisfactorias por parte del gobierno nacional, la lucha educativa se mantiene en pie por todo el país. El jueves 30 de agosto, estudiantes y docentes tenemos que salir a las calles para vencer al macrismo y al FMI, de una vez por todas.
Esta semana hubo negociaciones paritarias entre el gobierno nacional y las centrales sindicales del sector docente universitario. La oferta de Alejandro Finocchiaro -Ministro de Educación de la Nación- contempla aumentos del 5 % en mayo, 5.8 % en agosto y 4.2 % en septiembre. Muy lejos del 30 % reclamado por la docencia de las universidades nacionales, que ya anunciaron mantener la convocatoria para la Marcha Federal Educativa, a realizarse el próximo 30 de agosto en la Capital Federal, pero también en el resto de las provincias dónde la gran mayoría de las universidades nacionales se encuentran tomadas por cientos de estudiantes.
Luego de la reunión paritaria, el ministro Finocchiaro salió públicamente a negar que la existencia de un ajuste en el presupuesto para la educación y/o las universidades públicas, en particular producto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También dijo que “los maestros tienen que entender el marco de restricciones en el que estamos negociando”.
Para todos los sectores en lucha es más que evidente que el nuevo ajuste que se está imponiendo se remite al marco de la discusión presupuestaria y no sólo salarial. Hace años que se asiste a una desinversión educativa, y desde 2011, los salarios de la docencia universitaria vienen a la baja. Precisamente -entre aquél año y la actualidad- cayeron un 25 % en su poder de compra.
A su vez, el presupuesto universitario, con la devaluación, perdió alrededor de un 35 % desde el año pasado. No obstante, luego del acuerdo firmado para otorgar el préstamo solicitado por el gobierno nacional, es el FMI quien marca la reducción presupuestaria que golpea sobre el conjunto del pueblo trabajador y, en este sentido, sobre la educación pública, incluidas las universidades nacionales.
El gobierno macrista, con la complicidad del peronismo en todas sus caras, no dudará en aplicar cada receta de ajuste que le proponga el Fondo. Por ello, es necesario torcer este plan de ajuste en las calles y evitar un nuevo saqueo contra nuestra educación.
La plata está, porque las grandes empresas fugaron más de 20 mil millones de dólares al exterior, lo que equivale a seis veces el total del presupuesto de las 57 de universidades públicas. Porque, además, el Congreso Nacional votó pagar 78 mil millones de dólares en intereses a la deuda externa, lo cual representa 23 veces el presupuesto universitario. Y, porque el Estado, en materia de subsidios destinados a sueldos de obispos y auxiliares de la Iglesia Católica, viene destinando 130 millones de pesos anuales. Los recortes presupuestarios del gobierno de Cambiemos a la educación pública tienen la intención de destinar ese dinero a seguir engrosando el pago de la deuda externa y la fuga de capitales, y a seguir manteniendo instituciones retrógradas como la Iglesia, esa misma que -junto a la casta política gobernante- le negó el derecho al aborto a millones de mujeres.
Por todo ello, las/os estudiantes y las/os docentes en lucha debemos redoblar nuestras fuerzas, continuar con las medidas adoptadas, mantener el debate y la deliberación con asambleas de base e interclaustros. Y, para el 30 de agosto (cita de lucha a nivel nacional) tenemos que garantizar movilizaciones en todas las provincias donde el sector estudiantil ha tomado los edificios de sus facultades, a la par de la Marcha Federal Educativa que tendrá lugar en la Ciudad de Buenos Aires, y que espera tener una convocatoria multitudinaria.
Bajo las consignas “NO al pago de la deuda externa”, “separación de la Iglesia y el Estado” y “plata para educación, NO para el FMI ni la Iglesia Católica”, tenemos que golpear juntas/os, con un sólo puño, para defender una educación que sea verdaderamente pública, gratuita y laica.
En la Provincia de San Luis, las/os estudiantes de las universidades nacionales aquí radicadas están dando una lucha histórica contra el ajuste presupuestario del macrismo y el gobierno provincial de Rodríguez Saá sobre el ámbito educativo. Rodear de solidaridad activa a esta lucha es una tarea de primer orden, porque si ellas/os ganan, si la lucha educativa triunfa, el resto de los sectores de la clase trabajadora vamos a estar en mejores condiciones de enfrentar las políticas neoliberales de Cambiemos y sus socios: el gran empresariado y el Fondo Monetario Internacional.
Por Johana Gómez – Referente provincial del PTS – Frente de Izquierda