Hijo de militantes desaparecidos durante la última dictadura militar y referente de La Cámpora, el precandidato presidencial de Unión por la Patria Eduardo «Wado» De Pedro encarnará en las próximas elecciones primarias el proyecto kirchnerista, ya que es una de las personas más cercanas a la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Nacido el 11 de noviembre de 1976, es decir pocos meses después del golpe de Estado que derrocó a María Estela Martínez de Perón, el postulante oficialista sufrió a tempranísima edad dos golpes fuertísimos en su vida: el asesinato de su padre, Enrique «Quique» de Pedro, en abril de 1977; y la desaparición de su madre, Lucila Adela Révora, en agosto de 1978.
Incluso, él mismo estuvo secuestrado cuando se llevaron a su madre y fue rescatado por sus tíos, con quienes se crió en el distrito bonaerense de Mercedes.
«Se produce un tiroteo muy fuerte en la casa que estábamos viviendo. Yo me salvé de las balas por el cuerpo de mi mamá: ella me refugia en la bañadera y se pone encima mío. De ahí me secuestran y estuve apropiado por una familia de militares por unos meses. Después, por gestiones familiares, me devuelven», relató.
La disfluencia fue la cicatriz interna que le dejó la dictadura y con la que aprendió a convivir.
Desde chico, también forjó su costado agropecuario, actividad que años más tarde le daría otro duro golpe.
Su paso por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sería otro de los mojones de su vida, ya que allí militó en la agrupación estudiantil NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), donde conoció a algunos de los que años más tarde serían sus compañeros en La Cámpora.
La crisis económica, que derivó en el estallido de 2001, impactó de lleno en De Pedro: quebró su emprendimiento agropecuario y fue víctima de la represión en las sangrientas jornadas del 19 y 20 de diciembre de aquel año.
Mientras se desempeñaba como empleado judicial enrolado en la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), el ahora precandidato presidencial se dirigía hacia la Cámara Nacional Electoral para llevar unos volantes y en su camino observó que efectivos de la Policía Federal impedían que las madres de Plaza de Mayo hicieran su tradicional ronda de los jueves frente a la Pirámide de Mayo: decidió intervenir -había sido uno de los fundadores de HIJOS y militaba activamente-, pero fue detenido y salvajemente golpeado.
Poco tiempo después, en 2004, inició su actividad política, en lo que a cargos se refiere: fue designado jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Turismo porteña, en la gestión de Aníbal Ibarra como jefe de Gobierno de la Ciudad.
Dos años después, fundó La Cámpora junto a Máximo Kirchner, Andrés Larroque, José Ottavis y Mariano Recalde, entre otros, y comenzaría a ascender políticamente.
En 2009 fue nombrado integrante del Directorio de Aerolíneas Argentinas y Austral; en 2011 asumió como diputado nacional; en 2014 fue designado miembro del Consejo de la Magistratura de la Nación (lugar desde el que «operó» en la Justicia para el Gobierno), mismo año en que sería nombrado vicepresidente del Consejo Nacional del PJ.
Sin embargo, su nombre empezó a tener mayor renombre público a partir de febrero de 2015, cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner decidió rodearse de personas de extrema confianza – básicamente, de La Cámpora-: De Pedro fue designado secretario General de la Presidencia.
Para las elecciones de ese año, el mercedino encabezó la lista de candidatos a diputados nacionales en la Provincia por el Frente para la Victoria.
Durante la gestión de Mauricio Macri al frente de la Casa Rosada, se convirtió en uno de los más fervientes opositores al Gobierno.
Ya con Alberto Fernández en Balcarce 50, Wado De Pedro asumió como ministro del Interior, lugar desde el que pudo estrechar y fortalecer sus vínculos con los gobernadores, algo que fue vital en su lanzamiento como precandidato presidencial.