Un grupo de radicales opositores al gobierno hicieron pública una carta abierta hacia el gobernador por los incesantes hechos de inseguridad que hay en la Provincia, y el Ministerio de Seguridad poco y nada hace para combatir.

A continuación la carta completa:

Señor Gobernador: ¿A usted le importa la seguridad de los ciudadanos de San Luis?

Desde hace años los ciudadanos de San Luis nos encontramos expuestos a situaciones de inseguridad, que se agravan día a día.

Todas las formas y categorías de Delitos tienen vía libre en nuestra provincia y una enorme proporción de ellos no se esclarecen.

Hechos tremendos como los ciudadanos muertos en las comisarías, el crimen sin esclarecer de Alejandro Ochoa o la desaparición de niños como Guadalupe, interpelan severamente al poder político provincial y especialmente a Ud.

Si a eso le sumamos los reclamos nunca escuchados de productores rurales, de las personas que son víctimas de delitos en la vía pública o sus propiedades, del auge de los ciberdelitos, los narcodelitos o las tremendas fallas de seguridad en lugares de concentración pública. Todo esto incluye también la falta de elementos de tecnología para nuestras fuerzas policiales, que la hacen vulnerable y obsoleta, evidenciando plenamente, que estamos no solo ante la ausencia total de un plan de SEGURIDAD PÚBLICA para la provincia, sino también ante la presencia de funcionarios absolutamente incapaces de gestionar áreas tan delicadas y sensibles que día a día dan probadas muestras, que se encuentran superados y desbordados.

La permanencia en los cargos de los funcionarios se justifica por la capacidad de resolver problemas y dar respuestas acordes a los desafíos que se formulan en sus carteras de gobierno, por ello se necesitan SERVIDORES PÚBLICOS, dedicados y probos y no personas que el único mérito que acreditan y que los sostiene en sus cargos es el de ser los “amigos del poder”.

Los amigos son buenos para una juntada, no para ser nombrados en los puestos clave del Estado, como Ud. mismo lo dice, esperemos que adopte decisiones urgentes y dé un golpe de timón en la materia, hay cuestiones que han llegado al límite de lo tolerable y es inadmisible que no haya un replanteo, empezando por la cabeza de los funcionarios.