La clase empresaria se mostró sorprendida por el resultado electoral del domingo y su postura quedó dividida entre la presión al Gobierno para pedir cambios del agrado del establishment y la preocupación por una mayor incertidumbre y el avance del neoliberalismo. Desde sectores más afines al oficialismo esperan que la señal de las urnas se traduzca en más músculo de gestión. En todos los casos, hay expectativas moderadas en cuanto a los cambios que puedan operar en las políticas económicas.
Para Ignacio Noel, presidente de la empresa Sociedad Comercial del Plata y de la alimenticia Morixe, «sería muy positivo que el Gobierno y la oposición acordaran algunas políticas de Estado, en especial para poder atraer inversiones productivas. Las elecciones demostraron una ciudadanía muy activa y una democracia en buen estado, pero no ayuda el hecho de que dependiendo de quién prevalezca puedan haber grandes modificaciones que generan mucha incertidumbre«.
Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera, consideró que «el resultado fue una gran sorpresa, nadie se lo esperaba». Advirtió que «no hubo una autocrítica profunda de parte del Gobierno, más allá de que gobernar en pandemia no es fácil y que en la mayoría de los países del mundo los oficialismos han perdido. Pero hubo cuestiones que a la gente le hizo cambiar de parecer, como la cuarentena tan larga, las escuelas cerradas y la foto de Olivos. Si el gobierno no toma medidas urgentes, el noviembre el resultado puede ser peor».
En el universo pyme, Salvador Femenia, de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), evaluó que «éste ha sido un mensaje al Gobierno. Si bien tanto en comercio como en industria se observan mejoras respecto de 2020 y 2019, debe considerarse que aquellos fueron períodos muy malos, uno con una fuerte recesión y el otro afectado por las restricciones sanitarias. Hay problemas de rentabilidad que tienen efecto sobre el empleo y poder adquisitivo».
Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales, quitó dramatismo a las primarias y consideró que «se definieron candidatos en aquellos partidos en donde había internas. Las elecciones son en noviembre. No creo que este resultado cambie demasiado el rumbo de la economía«.
En cambio, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, dijo que «el Gobierno no solo tiene que escuchar los resultados de las elecciones, sino también actuar en consecuencia. Una media acertada sería que liberen inmediatamente la cuotificación para exportar carne, que está impidiendo generar ocho millones de dólares diarios».
El mega desarrollador inmobiliario Eduardo Constantini pidió al Gobierno «actuar rápidamente, con energía, un programa económico coherente, un nuevo Gabinete» y que «la política económica tiene que ser mucho más ortodoxa para parar este drenaje de las expectativas».
Una postura opuesta al promedio del empresariado de gran porte planteó Damián Regalini, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Medias, quien evaluó que el resultado «genera preocupación entre las pymes. Venimos con una recuperación de la actividad y de la rentabilidad de nuestros negocios después de 4 años desastrosos y de un año muy difícil de pandemia. Hay muchos colegas que están preocupados porque saben que la oposición va a volver a hacer lo que nos puso de rodillas y terminó con 25 mil colegas que tuvieron que cerrar antes de la pandemia».
En esa línea, Mario Galizzi, presidente de Apyme Santa Fe, advirtió sobre la «falta de gestión en muchas áreas, independientemente de que la pandemia le pegó muy duro a todos lo oficialismos. Se espera que el Gobierno tome nota y genere una actitud más efectiva. Al mismo tiempo, tenemos una profunda preocupación ante el riesgo de que este enojo y cansancio de la sociedad se termine canalizando por la vía del neoliberalismo, que es el camino que más daño le ha hecho a la Argentina«.
Marcelo Fernández, titular de la CGERA, dijo que el desafío del Gobierno es convencer al electorado que «por detrás de las personas hay proyectos contrapuestos». Para Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC y dirigente del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), «es una oportunidad para tratar de avanzar en temas de gestión, producción de empleo, como por ejemplo la ley que impulsamos desde el CAA».
En tanto, desde Adimra y la firma TN&Platex optaron por reafirmar que sigue el trabajo sectorial y el desarrollo de inversiones, respectivamente. En una entidad del agro de tamaño mediano de muy buena sintonía con el Gobierno pidieron «cambios que permitan dinamizar la gestión, ya que hay muy pocos resultados para mostrar».
Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), pidió “que se recree el clima de negocios. Las inversiones son necesarias para salir de la pobreza, del déficit fiscal permanente”. En cambio, Marco Meloni, de ProTejer, consideró que «hay sectores que piden más redistribución del ingreso para que influya en generación de trabajo y dinamización del mercado interno».