Tal como ocurre en Venezuela, donde Nicolás Maduro expulsa o disuelve los partidos contrarios y llama a elecciones donde compite contra sí mismo, Alberto Rodríguez Saá expulsó a ocho diputados provinciales y suspendió a Maxi Frontera.

Luego de convertirse en el padre de su derrota, el ex gobernador se refugió en la dirección de su multimedio periodístico, al cual alimento durante 40 años con los fondos de todos los sanluiseños con la direccionada pauta del Estado.

Desde allí digita lo que deben hacer o decir los pocos seguidores que le han quedado, tanto así que, en sus fastuosos actos en la sede del Partidos Justicialista, donde tenían que cortar la calle Héroes de Malvinas durante horas, apenas pudo completar una parte del salón, debieron acomodar sillas de una forma atípica para que parezca lleno. Ese día llamó a elecciones abiertas para la interna partidaria.

Pero días después de darse cuenta que podían perder contra el intendente de Villa Mercedes, que desde el dialogo fue construyendo el acompañamiento de viejos y jóvenes del PJ. Por ello mandó al Tribunal de Disciplina partidario, dirigido por Tona Salino, madre de los hijos de Alberto, a expulsar a diputados y suspender la afiliación de Frontera para que no se puedan presentar en las elecciones partidarias, al mismo estilo que Maduro.