Milei la dejó fuera del G7 y le quitó un área clave que pasó a la órbita de su hermana en la Secretaría General de la Presidencia. La crisis de larga data detonó el viernes pasado por el evento en el centro cultural islámico con la presencia del encargado de negocios de Palestina y el faltazo de Milei.
En medio de las fuertes internas y escándalos que sacuden al gabinete nacional, ahora se abrió un nuevo foco de conflicto y la que está en la mira es la Canciller Diana Mondino. Este lunes se conoció que ella no viajará a la cumbre del G7 y que el Presidente se subirá el miércoles al avión presidencial, con destino a Italia, solo con su hermana la secretaria general de la presidencia, Karina Milei. Fue «el Jefe», como le dicen a Karina en la Casa Rosada, la que tomó la decisión de dejar a Mondino abajo de la importante cumbre y fue también ella la que absorbió en su secretaría un área clave del ministerio de Relaciones Exteriores, que estaba bajo el órbita de la canciller. Se trata de la Agencia fundacional de promoción comercial y de inversiones –la exFundación Exportar– que es la encargada de tender puentes entre el gobierno y los empresarios del mundo, además de manejar la Marca País, y de promover el comercio y el perfil exportador de la Argentina.
Más allá de que en Balcarce 50 están molestos con la Canciller y quieren correrla –o al menos freezarla y generarle un gran desgaste– cerca del mandatario dicen que, por ahora, no la van a sacar del cargo porque «no es prioridad». «Hay mil quilombos antes», se sinceran en el oficialismo. Se refieren a las renuncias y conflictos que siguen apareciendo en el ministerio de Capital Humano por el acopio de alimentos a punto de vencer y las causas judiciales que derivaron de esa decisión.
Ese no fue, sin embargo, el único conflicto en el gabinete, días antes de que se desate el escándalo con Pettovello ya había renunciado a su cargo el exjefe de gabinete, Nicolás Posse —que también habría sido corrido por la decisión de Karina– y, junto con él, renunciaron un gran número de funcionarios que le respondían. Fue el caso del titular de la AFI, Silvestre Sívori, y de su segundo, el titular de Asuntos Estratégicos y brigadier Jorge Antelo, que este lunes se conoció que será reemplazado por José Luis Vila, exfuncionario del ministerio de Defensa durante el gobierno de Mauricio Macri (ver aparte).
El paso de la Agencia fundacional de promoción comercial y de inversiones de la Cancillería a la Secretaría General de la presidencia fue tomada mediante el decreto 511/24. En esa publicación del Boletín Oficial –firmada por Milei, pero también por el jefe de gabinete, Guillermo Francos– se consigna que “por razones de gestión resulta necesario suprimir la competencia asignada al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto respecto de la ex-Fundación Exportar, actual Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, constituida por el Decreto N° 2303/93, para su posterior inclusión entre los Objetivos de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación”. Además, se explica que “las modificaciones a la Ley de Ministerios resultan impostergables para la gestión de gobierno”.
El vocero presidencial Manuel Adorni habló del tema en su conferencia de prensa de este lunes y dijo que el cambio se hacía porque «creemos que así va a ser más eficiente, estando a cargo de la secretaría general. La Marca País, vender Argentina al mundo, tiene que depender de Presidencia”. Al frente de la agencia, hasta ahora, estaba el diplomático Julián Cohen, que fue puesto por la actual canciller. Aún es una incógnita si seguirá o no él. Una de las posibilidades es que los Milei estén pensando en utilizar esa estructura para financiar más viajes y conferencias que el Presidente disfruta dando por el mundo y aprovechando para autoproclamándose como «líder mundial».
La ministra fue acumulando una serie de bochornos diplomáticos que la pusieron en el centro de la agenda en varias ocasiones. Por ejemplo cuando, luego de su paso por China, afirmó que “los chinos son todos iguales”. En febrero, en tanto, mientras el ministro de Economía Luis Caputo intentaba destrabar las negociaciones por el Swap con China, la Canciller disparó que: «Lo que nosotros vamos a hacer es lo que siempre dijimos. Ni con China ni con ningún otro país vamos a tener estos tratados comerciales de Estado a Estado. Las empresas privadas que hagan todo lo que quieran, como puedan, dentro de las reglas de nuestro país y en aquel país en el cual estén haciendo negocios».
Antes de ser ministra, incluso, también acumuló frases y dichos polémicos como cuando comparó el matrimonio igualitario con «tener piojos», dijo que «el mercado de órganos es algo fantástico», o afirmó que los kelpers «tienen los mismos derechos que cualquier argentino, negar eso es ridículo». En campaña, además, había descalificado a su antecesor en el cargo, Santiago Cafiero: «Yo me baño y hablo inglés», dijo.
Sin embargo, nada de eso pareciera haberle afectado tanto al Presidente y su hermana como algo que ocurrió la semana pasada. El viernes a la mañana el mandatario iba a participar de un evento en la Mezquita- Centro Cultural Islámico de Palermo, un complejo religioso comunitario musulmán, pero al enterarse de que estaba allí el encargado de negocios de la Autoridad Nacional Palestina, Alhalabi M. A. Riyad, decidió pegar la vuelta y dejar esperando a más de 20 embajadores.
Sucede que el mandatario tiene un alineamiento incondicional con Israel y hasta designó como embajador a su consejero espiritual, el rabino Axel Wahnish. La «culpa» o responsabilidad por la organización de ese evento en el que había autoridades palestinas, y el no aviso al mandatario, fue inmediatamente atribuida a Mondino y al secretario de Culto, Francisco Sánchez. Tal fue el enojo del Presidente que el viernes por la tarde, él iba a participar de un brindis con los acreditados de Casa Rosada por el día del periodista y decidió no bajar porque estaba con Mondino en su despacho.
En el entorno del Presidente, sin embargo, tratan de bajarle el tono a ese episodio y dicen que «no es para tanto». Explican que ese no sería el motivo de los desplantes que ahora está sufriendo la canciller por parte de los hermanos Milei. En esa línea, dicen que quedó afuera del G7, pero que sí irá a Suiza, a la cumbre por la paz en Ucrania que organiza el presidente de ese país Volodimir Zelensky y que el martes 18 viajará a Nueva York para representar al país en la reunión del Comité de Descolonización de la ONU.