Los gobiernos de todo el mundo pierden más de 427.000 millones de dólares en impuestos cada año debido al abuso fiscal global. Este es el cálculo más reciente realizado por Tax Justice Network (TJN). Otra estimación eleva el monto a 500.000 millones de dólares, realizada por Alex Cobham y Petr Jansky.

Ambos investigadores indican que la mayor intensidad de pérdidas de ingresos ocurre en países de ingresos bajos y medianos bajos. La organización TJN también señala que las filtraciones fiscales son especialmente perjudiciales para los países de bajos ingresos, «que pierden el equivalente a la mitad de sus presupuestos de salud pública de cada año debido al abuso fiscal global».

Evalúan que de los 427.000 millones de dólares en impuestos perdidos cada año, más de la mitad (245.000 millones de dólares) se pierde directamente por la planificación fiscal nociva de parte de corporaciones multinacionales.

Estas cifras globales colaboran para una comprensión más amplia del discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el plenario de delegados de la CTA, cuando se refirió a las grandes crisis posteriores a un elevado endeudamiento en dólares, la evasión fiscal y la inflación en una economía bimonetaria.  

Mecanismo de propagación del dólar a los precios

La interpretación lineal de analistas precoces de esa parte del discurso fue que la deuda y la evasión son causa de la inflación elevada de la economía argentina. Esta conclusión no tiene ninguna base teórica ni práctica y sólo apunta a confundir sobre un tema en el que economistas del establishment se ocupan en engañar diariamente con mensajes simplistas y tribuneros. Son los mismos que dicen que rechazan la grieta pero sus propuestas sólo incluyen el recetario ortodoxo y se dedican a vociferar contra cualquier iniciativa alejada del ajuste regresivo. Es una particular interpretación de la noción «apartidario y desideologizado».

Cristina Fernández de Kirchner apuntó a uno de los nudos centrales de la especial dinámica de la economía local: el rasgo bimonetario, característica que no se encuentra en ninguna otra economía de desarrollo medio. Resulta un potente condicionamiento para la gestión económica, como fue detallado en estas páginas en febrero del año pasado.

Cada crisis de envergadura intensifica esta peculiaridad, que tiene su reflejo en persistentes tensiones inflacionarias debido a un problema estructural: la escasez relativa de divisas, o sea, el Banco Central no tiene dólares suficientes para atender los varios frentes de demanda de divisas.

Ante el plenario de delegados de la CTA, Cristina Fernández de Kirchner compartió los siguientes conceptos sobre este tema:

* «Todos los procesos inflacionarios que tuvo la Argentina fueron precedidos de un ciclo de endeudamiento».

«En toda crisis económica e inflacionaria hubo un endeudamiento previo».

«¿Y por qué? Porque acá es donde juega la economía bimonetaria».

«Porque cuando se acaban los dólares o cuando el mercado atisba que no va a haber dólares comienza la carrera por la devaluación».

CFK no lo mencionó explícitamente pero en esta última instancia actúa la cada vez más fluida transmisión a precios de las variaciones del tipo de cambio oficial o de las expectativas de devaluación expresadas en las cotizaciones de los dólares bursátiles.

Esta dinámica mercado de cambio-inflación la explicó de esta manera: «Lo tienen que entender todos los argentinos. Fueron los cuatro años de endeudamiento brutal y duro los que nos han traído hasta acá,más allá de las diferencias que tengo yo en el día a día con la gestión para abordar esto (la política económica y, en especial, la administración de reservas en el Banco Central)».

Para agregar: «Este proceso ultrainflacionario que estamos viviendo hoy en Argentina es producto del endeudamiento criminal de los cuatro años del macrismo. Esto tenemos que tenerlo muy claro. Por eso, ahora intentan decir que es el déficit fiscal o es la oferta y la demanda, y además que los empresarios no tienen nada que ver».

Ocultar capitales de la evasión impositiva

Sin control de cambio y con endeudamiento descontrolado, como sucedió en cada uno de los tres últimos periodos neoliberales (dictadura, menemismo y macrismo), parte de esos dólares financieros son capturados por fondos originados en la evasión impositiva, capitales que luego son transferidos al exterior. 

¿Dónde se gira gran parte del capital de la evasión convertido en dólares? A las guaridas fiscales. En esas plazas de oscurantismo financiero tienen una activa participación las corporaciones globales, además de grandes fortunas de personas.

Los países de la OCDE son responsables de más de dos tercios de los abusos fiscales. Según TJN, en 2021 los países que son miembros de la OCDE son responsables del 68 por ciento del abuso fiscal corporativo del mundo. Bajo la presión de los gigantes corporativos y los superricos, algunos gobiernos han programado sus sistemas fiscales y financieros para que sirvan como una herramienta con la que las corporaciones multinacionales puedan extraer riqueza y pagar menos impuestos. «Esto alimenta la desigualdad, fomenta la corrupción y socava la democracia«.

Según el «Estado de la justicia fiscal 2020» de Tax Justice Network , los países de la OCDE y sus dependencias le cuestan al mundo más de 166.000 mil millones de dólares en impuestos corporativos perdidos cada año.

Guaridas fiscales

Tax Justice Network actualizó el índice de guaridas fiscales, que es una clasificación de las jurisdicciones más cómplices en ayudar a las corporaciones multinacionales a pagar menos impuestos. Es un indicador que evalúa los sistemas fiscales y financieros de cada plaza para identificar los mayores facilitadores del abuso fiscal corporativo global.

Las seis jurisdicciones con la clasificación más alta en el índice de guarida fiscal corporativo 2021 son países de la OCDE o sus dependencias. Estos son, en orden descendente, las Islas Vírgenes Británicas, Caimán y Bermudas, tres territorios británicos de ultramar donde el gobierno del Reino Unido tiene plenos poderes para imponer o vetar la legislación y donde el poder de nombrar funcionarios gubernamentales clave recae en la Corona Británica. Le siguen los Países Bajos, Suiza y Luxemburgo.

En la guarida fiscal que está al tope de este ranking es donde existe una mayor presencia de capitales originados en Argentina. En los considerandos del proyecto de ley que crea un fondo con capitales no declarados para pagar la deuda del Fondo Monetario, se precisa que la mayoría de los argentinos –el 79 por ciento- eligió como guarida fiscal las Islas Vírgenes Británicas.

Entre ellos, se encuentra la familia Macri. Una investigación de la AFIP detectó que los 35 millones de dólares que Gianfranco Macri blanqueó en 2017, cuando el gobierno de su hermano Mauricio diseñó este régimen de exteriorización de capitales no declarados, no eran propios. Unos 23 millones de dólares le pertenecían a la madre de ambos, Alicia Blanco Villegas, cuyos bienes estaban inhibidos de participar en el blanqueo.

Esos capitales estaban ocultos en la guarida top del ranking: las islas Vírgenes Británicas, donde está radicado el fideicomiso familiar denominado Reata Pacific LTD. Firma que a la vez es controlada por Quiñel Trust, constituida en Liechtenstein, plaza también considerada como guarida fiscal en el listado elaborado por Tax Justice Network.

Evasión y Formación de Activos Externos (FAE) en una economía bimonetaria

CFK incorporó en su reflexión el vínculo deuda-evasión como un potente condicionante en una economía bimonetaria. Mencionó que en el ranking de países evasores, Argentina ocupa el tercer puesto. Este listado surge de la investigación de Alex Cobham y Petr Jansky arriba mencionada, cuyo título es «Global distribution of revenue loss from corporate tax avoidance: re-estimation and country results». Señaló que la recaudación representa el 28 por ciento del PIB cuando debería representar el 45.

En la más reciente actualización de ese documento, la situación relativa del país mejoró sustancialmente en ese ranking, lo que no implica que la evasión impositiva no continúe siendo un grave problema.

La vicepresidenta apuntó además a que «tenemos otro podio de países con la formación de activos en el exterior, donde también somos terceros». Para observar: «Miren qué casualidad, somos terceros en evasión y terceros en formar activos en el exterior». De esta forma fue completando el análisis sobre una cuestión fundamental: «Así vamos aproximándonos al verdadero y real problema de la Argentina que es la economía bimonetaria».

CFK afirmó que «en la Argentina tenemos una inflación que nos es propia, histórica y que casi integra el ADN de las últimas décadas». Para espanto de la ortodoxia predominante en la explicación de cuáles son las principales fuentes de la inflación, señaló que no son la emisión monetaria, el déficit fiscal, el saldo de la balanza comercial -porque es positiva- o las presiones de la demanda -porque existe capacidad instalada ociosa-.

¿Dónde están los dólares?

En este punto, la comprensión sobre los factores que explican una economía con régimen de inflación elevada desde hace décadas, no se trata de una cuestión de grieta política, sino de posicionamiento sobre el saber económico y las evidencias, cuestiones con las que están peleados la mayoría de los economistas de la derecha.

Aquí CFK retomó la idea de la economía bimonetaria y la escasez de dólares. Indicó que «no es que no haya dólares o que nos falten dólares o que la economía no produzca dólares. La economía argentina produce dólares que se evaden bajo muchísimas formas». En una de ellas, apuntó a la sobrefacturación de importaciones realizadas por grandes empresas (600 firmas concentran el 75 por ciento de las compras externas).

La pesada herencia macrista aparece también en este tema. Los instrumentos para hacer frente desde la Aduana a los abusos en el comercio exterior habían sido desarticulados entre 2016 y 2019 como parte del proceso de apertura y desregulación impulsado por el gobierno de la alianza macrista-radical.

A partir de 2020, las áreas encargadas de fijar y monitorear los precios de referencia para las importaciones y las exportaciones fueron reactivadas y fortalecidas. Denuncias por sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones así como los lineamientos del trabajo en materia de comercialización de granos fueron realizadas por la AFIP.

Estas investigaciones de la Aduana identificaron y denunciaron más de 6000 maniobras abusivas en operaciones de comercio exterior entre 2020 y 2021. Los casos terminaron con denuncias judiciales realizadas por la Aduana o con multas que deben pagar las empresas involucradas para regularizar su situación.

Los principales motores de la inflación

Para avanzar en el análisis sobre las dificultades que plantea la gestión de una economía bimonetaria resulta fundamental precisar cuáles son las principales fuentes de los aumentos de precios:

1. Alza de costos de las empresas: tarifas, combustibles, salarios, tipo de cambio y tasa de interés.

2. Importada: suba de los precios internacionales de materias primas (alimentos y energía).

3. Inercial: un régimen de alta inflación de varias décadas define conductas precautorias de agentes económicos que indexan precios de acuerdo a la estimación de la tasa de inflación futura influenciada por la trayectoria pasada.

A la vez, se requiere indicar que las posiciones dominantes de monopolios u oligopolios definen niveles de precios más elevados, que derivan en ganancias adicionales por abusos sobre el consumidor intermedio o final de esos productos, además de fijar fuertes barreras de entrada a la competencia, como se informó en esta columna sobre las cementeras.

Pero esas empresas no definen el sendero de la tasa de inflación, aunque sí colaboran en alimentar comportamientos de cobertura en el resto de la cadena sectorial, que en el caso argentino intensifica el factor inercial de la inflación. El debate público sobre las abultadas ganancias de grandes empresas tiene que apuntar a cómo se distribuye el ingreso entre el capital y el trabajo. Este es el punto que más incomoda a esas corporaciones. 

Como se detalló, el avance del rasgo bimonetario luego de cada una de las últimas grandes crisis de endeudamiento en dólares derivó en una mayor fragilidad de la economía, puesto que acentuó el factor de propagación del mercado de cambio sobre los precios domésticos.

Por eso resulta esencial la acumulación de reservas, mejorando los controles sobre las importaciones y haciendo más eficiente la administración de las divisas escasas en el Banco Central, porque es la trinchera vital para contener la avanzada desestabilizadora que tiene como objetivo, cada vez más ostensible, que el gobierno de Alberto Fernández no culmine su mandato en diciembre de 2023.