En los primeros seis meses del año se cometieron 162 femicidios en el país, uno cada 27 horas. En el 70 % de los casos, el hecho ocurrió en la vivienda de la víctima y el victimario fue en el 69 % de los asesinatos la pareja o expareja. Y aunque algunas de ellas habían tenido acceso a la justicia –33 habían realizado una denuncia previa y 11 tenían medidas de protección– fueron asesinadas. Las cifras fueron difundidas por el Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven, cuyo relevamiento también muestra que en 180 días, 160 niños perdieron a su madre. “Si bien no es un crecimiento sustancial, aumentó el porcentaje de femicidios en las viviendas de las víctimas. Lo que sigue mostrando que el mayor riesgo para las mujeres está en la casa, dato que toma más relevancia en este contexto de aislamiento social preventivo”, dijo Lara Andrés, integrante de la Observatorio.

El informe, elaborado a partir de relevaciones de medios gráficos y digitales de todo el país, muestra que entre el 1º de enero y el 30 de junio de este año se perpetraron 162 femicidios, 81 de ellos desde que se decretó la cuarentena preventiva y obligatoria para amortiguar la curva de contagios del coronavirus.

En cuanto al vínculo de la víctima con su agresor, de los 182 femicidios que contabilizó el Observatorio, el 47 % fue cometido por la pareja, el 22 % por la ex pareja y en el 12 % por la acción de un familiar. En el 4 % de los casos la víctima fue asesinada por un conocido, mientras que otro 4 % no conocía a su victimario.

La estadística muestra que de los 162 crímenes, el 70% tuvo lugar en la casa de la víctima, 18 % en la vía pública y 3 % en la vivienda del agresor, lo que indica que la propia casa para las mujeres que atraviesan situaciones de violencia resulta más peligrosa que cualquier otro lugar.

De acuerdo a los datos relevados, la mayor parte de las mujeres asesinadas por la violencia machista, 87 casos, tenían entre 21 y 40 años; en 38 de los femicidios las víctimas estaban comprendidas entre los 41 y 60 años. Mientras que el resto de los casos consignados se distribuyen de la siguiente forma: 11 casos entre 0 y 12 años, 9 en la franja de más de 60 años, 8 entre 16 y 20, y 2 entre 13 y 15.

En cuanto a la forma en que fueron asesinadas, los datos del informe reflejan la carga de violencia íntima y brutal asociada a la violencia de género cuyo último eslabón es el femicidio: el 23 % murió por herida de arma blanca, el 20 % producto de los golpes, 15 % por asfixia, 10 % quemada y el 18 % por arma de fuego.

Con relación a la distribución geográfica, el mapeo del relevamiento indica que la provincia de Buenos Aires encabeza la lista de provincias con más femicidios: 63 en lo que va del año, seguida por Santa Fe con 19, Tucumán con 12, Córdoba con 9, Jujuy y Misiones con 8, Salta 7, Santa Cruz 5, Corrientes y Entre Ríos con 4, Santiago del Estero, Neuquén, Chaco y Río Negro con 3, San Luis, Mendoza y Formosa con 2, Chubut, San Juan, La Pampa, Catamarca y CABA con 1.

«El femicidio es la punta del iceberg de las violencias que atraviesan las mujeres y tiene que estar en la agenda pública porque no cesan», dijo a Página/12 Andrés, quien agregó que los datos del relevamiento lo que hacen es visibilizar la violencia sostenida de género y que, aunque no se registra un aumento de femicidios respecto al primer semestre del año pasado, sí aumentaron los femicidios en las casas de las víctimas.

«Si bien no hay un crecimiento sustancial en cifras, vemos que aumentó el porcentaje de femicidios en los hogares, ese lugar seguro donde en este contexto de aislamiento nos piden que nos quedemos, y que es el lugar de mayor riesgo para quienes atraviesan problemas de violencia de género. Por eso nos parecen adecuadas la medidas del del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de que queden excluidas del aislamiento obligatorio las mujeres atravesadas por la violencia, así como el refuerzo de ese canal de ayuda y contención que es la línea 144».

No obstante, señalo que «el Estado es responsable y hay muchos temas pendientes, entre ellos, que las fuerzas de seguridad y la justicia tienen que estar capacitadas en violencia de género, para que además de las denuncias haya acompañamiento, y los número dicen que eso no pasa. Hay muchos casos que tienen denuncias y medias judiciales que no son atendidas de manera efectiva. Como se desprende del informe, las medias llegan tarde desde la justicia. 33 de ellas habían hecho denuncias y 11 tenían una medida judicial. Eran víctimas que se podían haber salvado«.