Antes de llegar a la Casa Rosada, Javier Milei había encarado su campaña presidencial con promesas económicas como la dolarización, el cierre del Banco Central y el fin del cepo cambiario, cuestiones que en su primer año de gobierno no logró concretar.
La «dolarización» fue una de las palabras más presentes en el discurso de campaña de Milei rumbo a Balcarce 50, aunque tras su victoria lentamente comenzó a perder fuerza y escucharse cada vez menos.
Eliminar todos los pesos y pasar a una economía dolarizada era la propuesta central de La Libertad Avanza (LLA) en 2023, de la mano con la eliminación del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
De hecho, antes de asumir Milei, en su entorno se hablaba del economista Emilio Ocampo como futuro presidente de la entidad con el objetivo único de finiquitarlo.
Eso no ocurrió y Ocampo se alejó del círculo más cercano del jefe de Estado, que terminó por elegir a Luis Caputo como ministro de Economía y a Santiago Bausili al frente del BCRA.
“Conforme avance la dolarización endógena va a haber un momento en que va a ser muy grande la operatoria en dólares, en pesos muy chiquita, y cuando se dé esa situación vamos a estar en condiciones de cerrar el Banco Central”, sostuvo el mandatario nacional en octubre pasado.
En tanto, al ser consultado sobre la idea de cerrar el Central en Madrid durante la presentación de su libro, expresó: “Sigue en pie absolutamente”.
Otro de los puntos sin resolver es el cepo al dólar, aunque la moneda extranjera se estabilizó a la baja y se le han quitado varias restricciones.
Bausili expresó en las últimas semanas que antes de quitar el cepo es necesario alcanzar un equilibrio monetario.
“Estamos muy cerca de lograrlo, pero no necesariamente del equilibrio cambiario. Por ahora, el cepo actúa como una barrera para la entrada de dólares, más que para su salida”, consideró el jefe del Banco Central.
En tanto, la última vez que Milei se refirió al tema subrayó: “Al alcanzar un IPC mensual del 2,5%, el cepo podría eliminarse. El crawling peg está en 2% más la inflación internacional, lo que implica una inflación inducida del 2,5%. Si llego a ese nivel, toda la inflación será inducida, lo que me permitirá levantar las restricciones”.