El domingo creo que después de las 15:00, por el julepe no tengo certeza de la hora, se incendió en una casa vecina una pila de troncos y ramas secas. De ahí a dos palmeras pegadas a mi propiedad. La mayor de estas palmeras ardió convirtiendo al tronco en una especie de gran chimenea.
Una cosa es contarlo y otra muy distinta fue estar en ese lugar y momento.
El fuego fue tan grande como grande la pila de ramas secas.
No hubo daños en la propiedad en que se inició el fuego. En la mía se quemó el tanque de agua que al explotar contribuyó a apagar el fuego que podría haber pasado a mi casa, con riesgo cierto y grande. Al explotar el tanque de agua enfrió el caño que lleva el gas natural y frenó parte del avance del fuego.
Tras la llamada al 100 los bomberos voluntarios llegaron en pocos minutos. Trabajaron con una eficacia y eficiencia dignas de aplauso.
Nos calmaron, explicaron, se treparon como gatos por las paredes con sus manguerones.
¡Con decirles que me tuvieron la paciencia de darme tiempo para correr mis pichones de bonsái!
Pero… nunca falta un pero.
Se les acaba el agua de la autobomba y fueron a cargar más, para terminar el trabajo.
Largos recorridos los llevaron, según contaron después, a encontrarse con bocas de incendio trabadas, selladas, etc. En los edificios nuevos que tienen bocas de incendio los encargados les dijeron que no sabían cómo abrirlas ni cómo usarlas.
Sólo consiguieron agua en la Panadería Bosio.
¿Alguien podrá explicar la razón por la cual las bocas de incendio no están habilitadas para ser usadas por los bomberos al toque cuando hacen falta?
Hoy fue susto nomás, pero en circunstancias más graves… ¿Qué se hace?
Que sea ésta una llamada a las autoridades que corresponda para que de inmediato se deje el sistema contra incendios habilitado para que no se repitan circunstancias así. Escuché decir de quien sería la responsabilidad. Pero en el calor de los hechos pueden ocurrir errores.
Que sea esta circunstancia la valedera para dar soluciones, para que nunca tengamos que buscar responsables de cosas más graves.
Hoy Tata Dios estuvo de nuestro lado una vez más.
Agradezcámosle también a Él por los bomberos que tenemos.