Con la visita del canciller británico Phillip Hammond a Teherán, los gobiernos de Irán y el Reino Unido reabrieron sus embajadas y restablecieron relaciones diplomáticas tras cuatro años de ruptura y apenas unos meses después de la firma del acuerdo nuclear entre las potencias con la República Islámica.
Hammond llegó a la capital iraní junto a una nutrida delegación de diplomáticos y empresarios para reabrir la embajada que fue asaltada y saqueada por estudiantes islamistas radicales en 2011 y dar por superado la ruptura de las relaciones diplomáticas que ese ataque provocó. Según escribió en las redes sociales al llegar a Teherán, se trata de «un momento histórico».
Pese a que las relaciones diplomáticas recién se rompieron formalmente en 2011, hacía 12 años que un canciller británico no visitaba Irán. Mientras Hammond y su par iraní, Mohamed Yawad Zarif, presenciaban el izamiento de la bandera británica en el renovado edificio del centro de Teherán, en Londres se repetía una ceremonia similar en la embajada iraní sin funcionarios de alto nivel.
Tanto en un país como en el otro, la ceremonia mantuvo un perfil bajo y evitó las concentraciones de personas dentro y fuera de las sedes diplomáticas, como sí sucedió hace poco con las reaperturas de las embajada de Estados Unidos en La Habana y la cubana en Washington.
Por el momento, los gobiernos decidieron mantener las delegaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios. Aún no pusieron fecha para la designación de embajadores.
«La reapertura de la embajada británica refleja el hecho de que en Occidente se reconoce el papel constructivo de Irán», destacó el canciller iraní, Zarif, después de la ceremonia, según informó la agencia de noticias local Fars. Su par británico fue aún más explícito y vinculó la reanudación de relaciones diplomáticas con la firma del reciente acuerdo nuclear entre Irán y las principales potencias, que estableció el levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán a cambio de que éste límite dramáticamente su programa nuclear y lo abra a una fiscalización exterior.
«Reabrir nuestras embajadas es un paso clave para mejorar las relaciones bilaterales. En primer lugar queremos asegurarnos que el acuerdo nuclear es un éxito, incluido el impulso al comercio y la inversión una vez que las sanciones sean levantadas», añadió. Además, el ministro apuntó que a partir de ahora, Irán y el Reino Unido podrán discutir los «desafíos» que ambos países afrontan, como el «terrorismo, la estabilidad regional, el avance de Estado Islámico en Irak y Siria, la migración y la lucha contra las drogas».