San Luis (LaNoticia) 27-07-18. El bloque rodriguezsaísta de concejales capitalinos escribió una nueva página en las historias de terror de San Luis. Llamó a extraordinarias para el domingo.
Dicen en los ámbitos jurídicos, que “nadie puede alegar a su favor, su propia torpeza”, pero el presidente del Concejo Deliberante de San Luis, Roberto González Espíndola hizo caso omiso a eso y tiró todos los dardos contra la `juevitis´ que parece haber vuelto a atacar al titular del sillón de San Martín y Belgrano.
El tema en cuestión es el tratamiento de las Cuentas de Inversiones, en donde los rodriguezsaístas sostienen que Enrique Ponce ha cometido varias irregularidades en el manejo de las cuentas públicas de la Municipalidad de la Ciudad de San Luis, pero como tienen hasta el lunes para tratarlo, pues de lo contrario se aprueban de facto, es que convocaron para el domingo a extraordinarias para poder lograr poner piedras en el camino del Ejecutivo, pero si no consiguen el quórum, los muchachos de Adolfo y Alberto, estarán al horno.
¿En dónde está la madre del borrego?
González Espíndola culpa a la `juevitis´ de Ponce el no poder tratar el tema, cuando la (ir)responsabilidad parte de su propio bloque, puesto que pidieron el tratamiento sobre tablas, el que no pudo conseguir los dos tercios para ser aprobado ayer, porque se `olvidaron´ de tratarlo en comisión.
La comisión que debió dar dictamen, está presidida por la rodriguezsaísta Johana Sosa, la misma que con la visita de Carlotto miró de manera inquisidora a nuestro cronista por `atreverse´ a preguntar sobre la Carta a Massera de su jefe político, y ante la respuesta de la abuela de Plaza de Mayo, dibujó una sonrisa tilinga en su boca y comenzó a asentir con su cabeza como si del perrito que llevan los camioneros en su torpedo se tratara -ver video que acompaña esta nota-.
¿Por qué decimos lo anterior? Porque si Sosa, en lugar de hacer el ridículo detrás de Carlotto, se hubiera puesto a trabajar en la comisión que preside para darle despacho a las Cuentas de Inversiones, lo hubiera logrado en tiempo y forma para tratarlo en el recinto sin necesidad de pedir el `sobre tablas´ y por sobre todo, sin importar si a Ponce le agarraba la `juevitis´ o no.
Realmente si Adolfo Rodríguez Saá se llegara a enterar de lo que pasó en el Concejo capitalino -algo que a lo mejor ocurre si lee este artículo-, y viera la inutilidad que existe en los concejales de su alianza, seguramente “se arrepentiría enormemente de la alianza con los González Espíndola y segundo pondría una zapatería de tantas patadas en el tujes que le daría a doña Sosa”, le dijo a nuestro medio un reconocido colega muy habitué a cubrir las sesiones del Concejo Deli(be)rante capitalino.
Carlos Rubén Capella
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