San Luis (LaNoticia) 17-03-15. El Observatorio de Derechos Humanos de la Municipalidad de San Luis considera necesario expresar algunas consideraciones respecto a acontecimientos que suceden en la actualidad y otros que han ocurrido en años anteriores en nuestro país.
El mes de marzo, contiene fechas que se constituyen como hitos históricos para la sociedad en su conjunto y que a la luz de un análisis profundo permiten comprender, no sólo su significado real en el pasado reciente, sino fundamentalmente sus consecuencias en la actualidad.
El 11 de marzo de 1973, se produjo el triunfo eleccionario del Dr. Héctor J. Cámpora, para asumir como presidente de la Nación. El sentido de aquellas elecciones permitió, después de años de exilio y proscripción, que el movimiento mayoritario argentino: el Peronismo regresara al gobierno. Ese día representó la culminación de una lucha que tuvo como activa e indudable participante a la Juventud de nuestra Patria. En los años de resistencia a las dictaduras y democracias condicionadas, los jóvenes fueron precisamente los que con mayor entrega asumieron las batallas populares, en movilizaciones masivas y en combates desiguales. Vidas jóvenes, que simbolizaron un compromiso incondicional con la verdadera Democracia, que debía ser como la Constitución expresa, con libre acceso a todas las propuestas partidarias, sin proscripciones.
El intento de implementar políticas económicas y sociales para las mayorías, pronto generó la reacción de los grupos de poder, que condicionaron la participación de la Juventud en los diferentes poderes del Estado y crearon las condiciones de inestabilidad y conflicto social que dio lugar al golpe institucional que interrumpió el sistema democrático.
El 24 de marzo de 1976, comenzó la última Dictadura Cívico Militar que asoló el territorio nacional; las minorías dominantes concibieron y realizaron un país para pocos en todas las áreas y en todos los aspectos de la vida de los argentinos. Para su implementación fue imprescindible desarrollar un plan represivo amplio y masivo, que aniquilara toda organización popular: política, sindical, estudiantil, barrial, religiosa de base, social.
En los oscuros años de ese Terrorismo de Estado, fueron en su mayoría Jóvenes los asesinados, los detenidos-desaparecidos, los secuestrados, los exiliados, los presos. Los hechos que en los estrados judiciales se comprueban, en cada juicio por delitos de lesa humanidad, evidencian claramente que la Juventud constituyó para los responsables civiles y uniformados de la dictadura, el mayor y principal blanco de su plan represivo y genocida.
Actualmente, la Juventud demuestra cotidianamente su compromiso democrático con el proceso abierto en el año 2003, participando, ocupando espacios de gestión y de militancia, organizándose, formándose, trabajando. A pesar de la “demonización” de los jóvenes, por parte de los sectores reaccionarios, en sus espacios partidarios y mediáticos, lejos de amedrentar la participación produce el efecto contrario, su reivindicación.
Los jóvenes hoy forman parte de la política, de sectores partidarios y agrupaciones, de sindicatos, de organizaciones populares, sociales y ciudadanas. Queda atrás la indiferencia y el individualismo impuestos por el terror y el neoliberalismo, habrá que comprender que la democracia se legitima cuando es participativa y se basa en la solidaridad. De esto dan muestras claras diariamente, los jóvenes organizados, unidos, hermanados y responsables; así se configuran como garantía para la manifestación cabal de los derechos y la voluntad de miles de millones de ciudadanos anónimos.
En homenaje y Memoria de los Jóvenes ausentes, por la Verdad de la entrega demostrada, por la verdadera Justicia, garante de la Democracia.
Carlos Rubén Capella
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