El proceso electoral hacia las elecciones de octubre se inició con la comprobación de la escandalosa maniobra realizada por el Gobierno en el recuento definitivo. Todo indica que esta semana quedará sellado el resultado con Cristina Fernández de Kirchner imponiéndose por alrededor de un punto, con lo que se confirma la estafa informativa del domingo 13 de agosto.
La primera encuesta post-electoral muestra una situación de empate muy marcada y un proceso de polarización. Entre las dos fuerzas principales, Unidad Ciudadana y Cambiemos, tienen una intención de voto del 71 por ciento y si se consideran los indecisos lo más probable es que sumen algunos puntos más.
En las PASO los dos frentes consiguieron cerca del 66 por ciento, es decir que concentrarán más votos en octubre que el 13 de agosto. Un perjudicado parece ser 1País, la fuerza que encabeza Sergio Massa: uno de cada cuatro de sus votantes dicen que elegirán otra opción en octubre. De todas maneras, Massa por ahora amortigua el golpe con votos que vienen de otras fuentes: los que no fueron a votar, los partidos de izquierda que no llegaron al 1,5 por ciento de los votos válidos y no podrán competir en octubre, y los que en las PASO votaron en blanco.
El frente Cumplir, que lidera Florencio Randazzo es el más perjudicado, porque la mitad de sus votantes piensan en cambiar de voto en octubre. A raíz de que también recoge algunos apoyos, la caída es desde los seis puntos que sacó en las PASO a los 4,5 de intención de voto que tiene actualmente. Por último, la izquierda, es decir el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), retendría casi la totalidad de su caudal de hace dos semanas.
Las conclusiones surgen de la primera encuesta que se realiza después de las elecciones. El trabajo fue realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el sociólogo Roberto Bacman. El procesamiento terminó el viernes y en total se entrevistaron 2.500 personas en la Provincia de Buenos Aires, respetando las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia. Como es obvio, las tendencias son muy disímiles en el conurbano bonaerense que en el interior provincial.
“La tendencia a polarización es más que evidente –señala Bacman–: algo más de siete de cada diez bonaerenses ya han decidido votar al oficialismo o a CFK como la mejor representante del segmento opositor. Bastante lejos quedan 1País (14,9 por ciento) y el Frente Justicialista Cumplir (4,6 por ciento)”.
Fidelidad
La clave está en la fidelidad de los votantes. Cuando se le pregunta a los encuestados a quién votaron y a quién van a votar en octubre, la mayor fidelidad está en Unidad Ciudadana y en Cambiemos.
El 90 por ciento de los que eligieron la boleta de CFK el 13 de agosto dicen que lo volverán a hacer en octubre.
El 91 por ciento de los que apoyaron a Cambiemos aseguran que repetirán el voto en octubre.
De los votantes que se le escapan a las fuerzas mayoritarias, una parte contestó que no sabe todavía qué va a hacer en octubre. Son personas que posiblemente no cambien de voto pero no lo quieren decir. En ese rubro entre los votantes de Cambiemos hay un cinco por ciento que ahora se proclama indecisos, aunque lo más probable es que se vuelvan a inclinar por la boleta amarilla. Los votantes de Cristina están más decididos y sólo uno de cada cien ahora dice estar indeciso.
La ex mandataria tiene ventaja entre los que votaron a partidos –principalmente de izquierda– que no consiguieron el 1,5 por ciento de los votos válidos. Cambiemos lograría mayor apoyo entre los que no fueron a votar (seguramente el presentismo aumentará entre dos y tres puntos) y la encuesta muestra que hay paridad entre los que votaron en blanco: irían para Cristina y Bullrich en la misma proporción.
El punto fuerte de Cristina está en la evaluación de la economía. En sus votantes, pero también entre los que apoyan a Massa o a Randazzo, la crítica a la situación económica es ampliamente mayoritaria. Y en ese marco, CFK aparece como la candidata con más posibilidades de “frenar el ajuste y las consecuencias de la aplicación del modelo económico de Cambiemos”. También mejoró algo la imagen: hoy es muy pareja con la de Mauricio Macri. El fuerte de Bullrich sigue siendo el sello de Cambiemos. Su imagen positiva es muy pobre, 42 por ciento y depende del arrastre de la gobernadora María Eugenia Vidal.
Infidelidades
Como era cantado, las dos fuerzas que tienen más problemas con el nivel de fidelidad son 1País y Cumplir.
Massa retiene el 73 por ciento de sus votantes. Del 27 por ciento que emigra, algo más del 13 va para Cambiemos y un nueve para CFK.
1País recupera parte de lo que pierde de los que votaron en blanco, los que no votaron, los que apoyaron opciones que no llegaron al 1,5 de los votos válidos. Son fuentes poco confiables que pueden ser absorbidas por la polarización. La lógica indica que Massa perderá algo de su caudal, aunque el pronóstico por ahora es que la pérdida no será de gran envergadura.
El Frente Justicialista Cumplir tiene en peligro la mitad de sus votos. Sólo el 49 por ciento de los que pusieron la boleta de Randazzo afirma que volverá a hacerlo en octubre. El ex ministro recibiría algo de apoyo del voto en blanco, los que no fueron a votaron y los que no llegaron al 1,5 por ciento. Pero a diferencia de Massa su pérdida es neta: baja del seis por ciento al 4,5.
“Los resultados de este trabajo se pueden resumir en tres ideas fuerza –redondea Bacman–: empate técnico entre Unidad Ciudadana y Cambiemos, con leve ventaja para los primeros, tendencia a la polarización e importantes desafíos para todos. ¿Se mantendrá la alta fidelidad de los votantes de Unidad Ciudadana y Cambiemos? ¿Logrará sustentar o aumentar la fidelidad Massa? ¿Qué pasará con los votantes de Randazzo? Y se requiere un ajuste fino en algunas de las variables: la asistencia y la reducción del voto en blanco. Son valores que, si se tienen en cuenta elecciones anteriores, tienden a modificarse de las primarias a la generales: en las legislativas de 2013 y en esta misma provincia, el índice de asistencia creció 2 puntos y el voto en blanco se redujo del 4,9 al 3,1 por ciento. En una situación de empate como la actual, cada detalle, cada movimiento, pesa”.