El primer ministro griego, Alexis Tsipras, acusó durante el fin de semana a los gobiernos conservadores de España y Portugal de formar «un eje de poderes» para intentar boicotear la extensión de las ayudas económicas a Grecia y «derribar» al gobierno de Syriza. El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, respondió con una queja ante la Comisión Europea.
«Su plan era y es desgastar, derribar o llevar a nuestro gobierno hacia una rendición incondicional antes de que nuestro trabajo haya tenido resultados y antes de que el ejemplo griego afecte a otros países», dijo el primer ministro griego el sábado.
Un día después Rajoy le respondió y aseguró: «Nosotros no somos responsables de la frustración que ha generado la izquierda radical griega, que prometió a los griegos aquello que sabían que no se podía cumplir, como ahora ha quedado demostrado».
El asunto se coló en la campaña electoral española de cara a los comicios que se celebrarán el 22 de marzo en la región de Andalucía y que supondrán el comienzo de un año con cuatro citas electorales. Uno de los principales adversarios del Partido Popular (PP) de Rajoy es Podemos, considerado en España partido «hermano» de Syriza. Unos días antes, Rajoy ya había advertido en el debate del estado de la nación, la cita parlamentaria más importante en España, que el gobierno de Syriza no había cumplido su programa electoral.
El gobierno alemán se puso del lado de Rajoy y de su homólogo portugués, Pedro Passos Coelho, y condenó duramente las «teorías conspirativas» de Tsipras en torno a la renegociación de la deuda griega. «En términos europeos fue una zancadilla desacostumbrada. No hacemos algo así en el Eurogrupo», dijo en Berlín el portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, Martin Jäger, quien tildó a España y Portugal de «socios».
El cruce de acusaciones llegó hasta Bruselas a través de una queja presentada por los gobiernos de España y Portugal ante la Comisión Europea. «Les puedo asegurar que en el Eurogrupo, ni España ni Portugal fuimos los más duros», dijo el ministro español de Economía, Luis de Guindos, en un foro económico celebrado en España.