Próximamente el primer mandatario de Filipinas visitará China con el objetivo de estrechar relaciones entre ambas naciones.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó este martes que en 2017 planea ampliar las relaciones exteriores de la nación, con nuevas alianzas bilaterales, que pueden estar encabezadas por China y Rusia.
«Para el año que viene, entraré en tantas nuevas alianzas», expresó Duterte, quien anunció su intención de visitar próximamente China, para así continuar su distanciamiento de Estados Unidos, aliado tradicional de la nación filipina.
Duterte, reconocido por su declarada lucha contra el crimen y el narcotráfico, declaró que desea tener buenas relaciones con el país asiático, que le suministra narcóticos a Filipinas.
«Si nos considera su amigo y quiere ayudarnos, la mayoría de los materiales son de China, ¿Qué quiere decir eso?», preguntó.
En cuanto a Rusia, Duterte informó que a principios de mes le pidió apoyo al primer ministro de esa nación, Dimtry Medvedev, durante un encuentro que ambos mantuvieron en la cumbre del Sudeste de Asia.
«Hablé con Medvedev, cara a cara. Nadie lo sabía. Le dije: `Creo que estoy a punto de cruzar el Rubicón con Estados Unidos, durante al menos 6 años. Necesitaré vuestra ayuda en todo, comercio. Vamos a abrirnos´», dijo Duterte según la cadena ABS-CBN.
Las declaraciones siguen a una serie de desencuentros entre Duterte y el Gobierno estadounidense, provocado por las críticas de Washington a la violenta campaña contra las drogas impulsada por el mandatario filipino que desde junio ha causado unos 3.500 muertos.
Duterte insultó al embajador estadounidense en Manila y al presidente de esa nación, Barack Obama.
En contexto
Desde 1946, cuando Filipinas dejó de ser una colonia de Estados Unidos y se independizó, ambas naciones mantienen una estrecha relación.
Estados Unidos ha propiciado la modernización y entrenamiento de las Fuerzas Armadas de Filipinas.
Sin embargo, desde el insulto a Obama el vínculo es menos cercano e irrestricto.