El jefe de Gabinete se cruzó con La Cámpora. “Scioli hubiera hecho algo similar”, dijo sobre la devaluación.
Marcos Peña brindó hoy su primer informe de gestión en la Cámara de Diputados y quedó mal parado en un cruce con los diputados de La Cámpora, cuando elogió la moratoria jubilatoria y Andrés “Cuervo” Larroque le recordó que fue suspendida por su Gobierno.
Peña había evadido las consultas sobre los medicamentos que dejó de cubrir el PAMI con denuncias de corrupción.
“Sólo en 160 medicamentos se pasaron del 100 % al 80 o 50 % de cobertura en la lista hay glicerina y tintura para el cabello”, minimizó primero el jefe de Gabinete. Y empezó a hablar de lo que le gusta.
«El PAMI es una de las más escandalosas acciones de corrupción y mal manejo y que probamos y vamos a seguir probando en sede judicial. Nos encantaría que el FpV nos acompañe en la investigación. Muchos de ustedes saben».
Los diputados de La Cámpora, ubicados al fondo del recinto, no tardaron en estallar. “¡Callate delincuente! ¡Le estás robando medicamentos a los abuelos!”, aulló Larroque, seguido por arengas similares de Adrián Grana, de Nuevo Encuentro; y el correntino José Aragón, entre otros.
“Ustedes eligen defender a Di Cesare, nosotros creemos que es una gestión corrupta y la hemos denunciado. Y ustedes con un discurso a favor de los jubilados llevaron al PAMI a los peores momentos de su historia. ¡Y háganse cargo!», recriminó.
“¡Un poco de respeto por favor!”, pidió Emilio Monzó a los camporistas que no paraban de aullar, pero el jefe de Gabinete estaba dispuesto a dar la discusión. “¡Pídanle respeto a él!”, sugirió Larroque.
Peña se había puedo colorado de furia y cuando quiso bajar el tono la embarró. “Por favor yo reconozco medidas del kirchnerismo con las jubilaciones, como la moratoria”, que vence en septiembre y el titular de la ANSeS, Emilio Basavilbaso, anunció que no renovará.
“¿Pero si la reconoces porqué la suspendes?”, reprochó Larroque desde su banca. El jefe de Gabinete entendió que lo mejor era avocarse a la corrupción.
“Vean si nuestros funcionarios se retiran con más patrimonio del que ingresan”, desafío y los camporistas se rieron a carcajadas. “Si claro, porque van a abrir una cuenta en Bahamas”, ironizó desde el fondo Grana, en referencia a la participación en offshore del presidente.
Molesto, Peña atacó con todo. “Mauricio Macri puso sus bienes en su fideicomiso ciego. Debe ser muy duro para ustedes ver las imágenes de Lázaro Báez en este momento”.
“Pero no somos todos iguales. Primero expliquen lo suyo y después en todo caso pregunten con la hipocresía que a veces hacen”, levantó la voz el jefe de Gabinete.
Peña también defendió con furia a Mario Quintana, coordinador de la jefatura de Gabinete, acusado de especulador por comprar dólar futuro.
“Nosotros nos presentamos en la justicia sin perseguir jueces ni periodistas. Los que hicieron especulación financiera son lo que generaron 6 tipos de cambio”, acusó.
Incómodo debut
Meticuloso, el jefe de Gabinete tenía su estrategia para dejar en segundo plano al kirchnerismo: enviar a los diputados de Cambiemos a formular amistosas preguntas sobre temas álgidos y no tanto, como desocupación, tarifa social, impuestos a las ganancias, economías regionales y retraso de obra pública.
El jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, le tiró los mejores centros al consultarlo sobre la inversión fiscal en temas sociales y la redistribución de subsidios. «Me alegro que ahora el oficialismo haga preguntas», sobreactuó Peña.
Y luego recitó una respuesta para cada tema, ojeando sus apuntes en papel. “El empleo hace cuatro años que no crece”, minimizó, con datos de SIPA desde febrero de 2012 a cuatro años antes.
“La obra pública argentina se va a reactivar y va a generar trabajo. Sólo en el plan de cloacas del conurbano vamos a emplear a 100 mil personas. Teníamos una deuda pública de 57 mil millones de pesos y 2 años de atraso. Desde ahora se va a pagar en 60 días”, prometió.
“Me molesta el doble estándar con el que pregunta el kirchnerismo. Las medidas que tomamos son muy similares a las que hubiera tomado Scioli si era presidente”, sostuvo Peña. “¡No! ¡No! ¡No!”, repetían los kirchneristas desde sus bancas, antes de empezar la discusión.
Repitió muchas veces que las tarifas siempre tendrán un margen de subsidios, pero jamás se refirió a beneficios específicos con las Pymes.
Peña tampoco la pasó del todo bien con el resto de la oposición. Diego Bossio le tiró con todo. “Desde noviembre el kilo de pan pasó de 20 a 24 pesos. El kilo de carne picada, de 52 a 70 pesos, un 35 % de aumento en cinco meses. La docena de huevos pasó de 20 a 28 pesos, un 40 % de aumento. El litro de leche, de 13 a 31 pesos», recordó.
Y le pidió precisiones sobre los 14 mil millones de pesos que dejó, bajo escribano público, para ejecutar los planes pendientes de Procrear. “Mañana habrá precisiones sobre nuevos planes de vivienda”, evadió Peña.
El sindicalista Diego Romero, presidente del bloque justicialista que integra Bossio, no se la hizo más fácil. “Cuando tenía 15 años me tocó recibir el telegrama de despido de mi padre. No puede minimizar así los despidos”, le recriminó.
Antes le había recordado que el Gobierno les bajó las retenciones a las mineras y aun así echaron gente. “Son situaciones puntuales”, fue la insólita respuesta de Peña para sacarse el tema de encima.