La Sociedad Colombiana de Pediatría denuncia que muchos de los decesos de niños en donde la desnutrición es determinante quedan bajo otro diagnóstico.
El periodista colombiano Gonzalo Guillén reveló la tragedia que ocurre en el departamento de La Guajira donde miles de niños han muerto por desnutrición. A la fecha esto sigue sucediendo y lo peor, comienza a expandirse.
La dramática situación de los niños que mueren por desnutrición en Colombia continúa y se extiende, amenazando con convertirse en un problema endémico.
Así lo alertó la Defensoría del Pueblo de ese país tras conocerse la muerte de un pequeño de un año en el departamento de Arauca (norte) donde seis niños más están en riesgo de correr con la misma suerte.
«Que la situación salga del departamento de La Guajira y se convierta en un problema endémico en otras regiones nos preocupa altamente», apuntó.
Una enfermera hizo el recorrido con la Defensoría por el resguardo de San José de Lipa de la comunidad indígena Hitnú de Arauca. Allí se dio cuenta de que hay seis niños más con patologías de desnutrición crónica, erupciones cutáneas, conjuntivitis, neumonía, gastroenteritis y bronquitis.
Los menores fueron diagnosticados como pacientes en alto riesgo y, por eso, los trasladaron al Hospital San Vicente de Arauca donde fueron encontrados otros tres menores con problemas de desnutrición al igual que sus madres, de 13 y 16 años.
El defensor Alfonso Cajiao Cabrera acotó que no basta con la situación, sino que además les habían negado la atención médica por la falta de un documento de identidad, «algo que a la luz de las normas es abiertamente ilegal».
En La Guajira siguen muriendo
Medios locales informaron que en menos de una semana dos menores wayúu fallecieron por desnutrición en clínicas de Barranquilla.
Uno de ellos tenía tan sólo 11 meses y su peso era de una recién nacida (4.000 gramos). Duró 10 días en la Unidad de Cuidados Intensivos por presentar desnutrición severa, a pesar de los intentos de los especialistas, la pequeña no alcanzó a cumplir su primer año, murió el pasado sábado.
Tres días después, se registró el otro caso, un niño de 10 años quien padecía una patología pulmonar, pero el alto grado de desnutrición y sus bajas defensas afectaron su situación.
Ambos pequeños procedían de distintos resguardos de la comunidad indígena wayúu de La Guajira, donde lo esencial de la vida es escaso: agua y comida. Además no cuentan con centros de salud por lo que deben acudir a otras ciudades.
Esto simplemente es la triste historia de miles de niños que han muerto por esta causa en un país que presume de modernidad donde la cifra de niños muertos en La Guajira no es muy lejana a la de Ruanda, en África.
Allí la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada mil nacimientos es de 55, según el Banco Mundial, mientras que en La Guajira es de 45.
“La experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía”, dice Alicia Genisca, médica pediatra estadounidense que ha trabajado en países de África y ahora atiende a los niños con desnutrición crónica en el corregimiento de Mayapo en La Guajira, reseña Semana.
Colombia es un país que aspira ingresar al club de los países ricos, La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuya misión es “promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo”.
Pero lo cierto es que en esa nación muere cada 33 horas un menor de cinco años por hambre, según estimaciones del Instituto Nacional de Salud de Colombia.
Asimismo, según el mandatario de ese país suramericano, Juan Manuel Santos, las cifras oficiales indican que en los últimos ocho años se han registrado 294 muertes, negando la cifra denunciada por el líder de la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas, Wayúu Shipia Wayúu, quien destacó que son cinco mil casos.
Santos aseguró que en 2013 se registraron 26 muertes, en 2014 fueron 48 y en 2015 van 11 muertes de niños por desnutrición”, agregó el jefe de Estado a mediados del año pasado.
Diario El Tiempo
En La Guajira las más de 400 mil personas que conforman la comunidad wayúu viven los 365 días del año con temperaturas de entre 35 y 42 grados. Deben soportarla sin el suministro de agua, porque desde que se instaló -hace más de 10 años- una empresa minera en la región, han ido disminuyendo las garantías para que se pueda tener acceso al líquido. Las muertes son la evidencia del drama que en esa zona se vive.
Fuente TeleSUR