Las FARC propusieron la creación de zonas especiales de paz en las que se concentraría a los guerrilleros desmovilizados, en territorios de «influencia histórica» de la guerrilla y donde llevarían a cabo acciones para reparar a las víctimas.
«El criterio principal para la delimitación geográfica de tales territorios será la presencia histórica y actual de las FARC, en estrecha relación con las comunidades», señaló en un comunicado leído a la prensa en La Habana el guerrillero Marco León Calarcá, alias de Luis Alberto Albán (Foto).
Se trata de una de las propuestas de la guerrilla para el fin del conflicto, un proceso que consideran de «normalización territorial con las FARC», que contribuirá a la reparación de las víctimas y las garantías de no repetición».
Según la insurgencia, estas zonas de paz tendrán un «régimen especial y extraordinario» bajo una regulación «específica» para la «organización política, económica y social», que será además «participativa, autogestionaria y comunitaria», y permitirá llevar a cabo las «acciones reparativas en desarrollo de la justicia restaurativa». «Tal proceso implica el reconocimiento de las formas propias de organización social de las que ha hecho parte la insurgencia a lo largo de su historia», indica la declaración.
«Al mismo tiempo, tendrán la función de posibilitar la concreción del proceso de cese bilateral de fuegos y de hostilidades definitivo, y la dejación de armas por las partes», subrayó.
Las partes están cerca de alcanzar un acuerdo definitivo en justicia transicional, ya que según el líder de la guerrilla, Rodrigo Timoleón, alias Timochenko, han consensuado 74 de los 75 puntos de dicho acuerdo, anunciado en septiembre pero sobre el que después surgieron diferencias en la letra pequeña.
Con el acuerdo, que establece la creación de una jurisdicción especial para la paz, las partes estarían a las puertas de cerrar el punto de la reparación de las víctimas, que abordan de hace más de un año y medio, al tiempo que una subcomisión discute las condiciones de un alto el fuego bilateral y definitivo.
El gobierno concedió el domingo pasado el indulto a 30 integrantes de las FARC que no han cometido «delitos graves» y están presos en cárceles del país, los cuales serán liberados antes de fin de año, lo que fue bien recibido por la mesa de diálogo en La Habana.
Para la insurgencia es también un «gesto positivo» la decisión de trasladar a prisioneros de las FARC a «patios especiales» dentro de las cárceles, en los que se realizarán «brigadas de salud y programas de atención».
Según las FARC, en Colombia hay miles de «presos políticos», entre los que existen «numerosos casos con gravísimos problemas de salud, con requerimientos médicos de urgencia, así como enfermos terminales».
Este indulto a guerrilleros se considera una nueva medida para restablecer la confianza y destrabar las negociaciones.