A través de una nota, el diario estadounidense puso en duda el relato del gobierno de Estados Unidos y planteó una nueva hipótesis.
Desde que el gobierno de Estados Unidos anunció que Osama Bin Laden fue capturado y abatido durante un operativo de las fuerzas especiales norteamericanas, los Navy Seal, un sinfín de teorías conspirativas sobrevolaron el tema. La gran mayoría, sin asidero. Hasta hoy, que se dio a conocer la hipótesis de The New York Times.
“¿Qué es lo que realmente sabemos sobre la muerte de Osama Bin Laden?”, tituló en una nota el influyente periódico del país del norte. En el artículo, sin llegar a tomar partido, el diario cita un largo ensayo del reconoció periodista Seymour Hersh, que señala que la inteligencia paquistaní (ISI, por sus siglas en inglés) había capturado al terrorista y lo escondió en una casa en la ciudad de Abbottabad para entregarlo cuando la situación fuera la «más conveniente» para Islamabad.
Según su relato, la Casa Blanca supo de la presencia del líder de Al-Qaeda por la revelación de un miembro de ISI, que obtuvo a cambio 25 millones de dólares. Asimismo, afirma que todo estaba pactado entre sectores de ambos gobiernos, pero que la situación se descarriló cuando uno de los helicópteros norteamericanos cayó a tierra y obligó a blanquear el operativo antes de tiempo.
«Toda la historia de los Navy Seal actuando en secreto y de los tiroteos en el campamento es poco menos que un cuento como Alicia en el país de las maravillas», dijo.
A su vez, The New York Times, sumó el testimonio de dos periodistas que avalan la tesis que desacredita la versión oficial.
La inteligencia paquistaní había capturado al terrorista y lo escondió en una casa en la ciudad de Abbottabad para entregarlo cuando la situación fuera la «más conveniente» para Islamabad.
Carlotta Gall, ex corresponsal de The New York Times en Afganistán y Paquistán, señala que el gobierno norteamericano tenía localizado al terrorista, por lo menos, desde 2006.
Otro de los que dio su parecer fue Steve Coll. El ex directivo de The Washington Post y actual vicedecano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia advierte que la captura de Bin Laden se debió a un “soplo” de la inteligencia paquistaní y no de ex militantes de Al-Qaeda sometidos a tortura.