El fondo Aurelius Capital volvió a atacar a la compañía brasileña Petrobras, y solicitó a los acreedores que pidan por adelantado el cobro de la totalidad de los títulos emitidos por la empresa, operación conocida como aceleración. En un momento complejo de Petrobras, esto podría llevar a una incapacidad de pagos y a la quiebra de la empresa, dirigida por María Das Graças Silva Foster.
El argumento de Mark Brodsky, el titular de Aurelius, es plenamente técnico, según informó en su carta «precautoria» del 29 de diciembre. Petrobras tenía hasta ese día para presentar sus estados contables, pero la compañía se demoró en hacer públicos sus resultados por las fuertes repercusiones internacionales que tuvo el escándalo de corrupción en el que se vio implicado.
Sin embargo, Petrobras presentó su informe en la última semana. En teoría, según los contratos de deuda, las compañías tienen un determinado plazo para enmendar sus errores antes de que los acreedores pidan la aceleración.
Pero para Mark Brodsky, conocido como «buitre entre los buitres», no es suficiente. Otra vez, el fondo Aurelius utiliza una artimaña jurídica para hostigar a sus deudores, como es el caso de la Argentina.
«A pesar de las medidas que han tomado, Petrobras sigue en default en sus bonos bajo Ley Nueva York», sostuvo Brodsky en un comunicado. El fondo llamó, por lo tanto, default a cualquier incumplimiento de la compañía, y no sólo al pago de sus deudas. «Estos títulos requieren que Petrobras emita resultados financieros para que cumplan con las reglas de la IASB (International Accounting Standard Board), pero la empresa admite que no lo hacen».
Bajo esta excusa, Brodsky volvió a llamar a los acreedores para reunir al 25 % de los U$S 54 millones de deuda bajo Ley Nueva York necesarios para llamar a la aceleración. Si Brodsky logra llevar a la compañía al default, por extensión todos los bonistas podrán reclamar el total, llevando a Petrobras a una situación insostenible.