Ocurrieron en las últimas horas, durante una nueva jornada de protestas en Ferguson (Missouri) con motivo del primer aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown, abatido hace un año por un policía blanco cuando iba desarmado.
Tras los violentos disturbios del domingo en la noche -y en previsión de una jornada similar-, el condado de Saint Louis declaró el lunes el estado de emergencia.
Durante las protestas del lunes fueron arrestadas más de 100 personas, y entre la última hora de la noche y las primeras de ayer, otras 22.
La policía roció gas pimienta para despejar la avenida West Florissant, aduciendo que entre los manifestantes había personas que la atacaron con piedras y botellas de agua congelada, informó el St Louis Post-Dispatch.
Durante los últimos cuatro días centenares de manifestantes tomaron las calles de esta pequeña localidad de las afueras de Saint Louis, en el Medio Oeste del país, para pedir el fin de la discriminación y la violencia policial contra los negros.
«A la luz de la violencia de la última noche en Ferguson y su potencial para causar daños a personas y propiedades, he decidido usar mi autoridad para declarar el estado de emergencia con efecto inmediato», dijo el jefe del condado Saint Louis, Steve Stenger.
Stenger aclaró entonces que «los actos de violencia no serán tolerados en una comunidad que trabajó incansablemente durante el último año para reconstruirse».
«Lo invertido en Ferguson no será destruido por unos pocos que quieren violar los derechos de los demás», sentenció el funcionario.
El encargado de gestionar la «operación de emergencia» en Ferguson es el jefe de la Policía de Saint Louis, Jon Belmar, que -según indicó Stenger- podrá «ejercer todos los poderes necesarios para preservar el orden y proteger la vida y las propiedades de los ciudadanos», informó la agencia EFE.
«La seguridad es nuestra mayor prioridad, y ahora está en riesgo. Esta ya no es una protesta pacífica. Los que participan en ella están en una concentración ilegal», anunció en Twitter la policía del condado.
Este cuerpo policial es el encargado de la seguridad en la ciudad tras declararse el estado de emergencia en reemplazo de los agentes locales, muy cuestionados por su discriminación y violencia contra la población negra.
Pese a las continuas advertencias cientos de personas volvieron a salir el lunes convocados bajo el lema `MoralMonday´ y haciendo caso omiso a las instrucciones de no salir a la calle se congregaron en la avenida West Florissant, provocando un enfrentamiento con la policía que llevó a cabo varios arrestos y utilizaron spray de pimienta contra la multitud para sofocar la protesta.
La avenida, epicentro de las protestas, se mantuvo cortada al tránsito a la altura de su intersección con la avenida Ferguson.
Un joven identificado como Tyrone Harris Jr, de 18 años, está internado en estado crítico después que resultó herido el domingo a la noche por disparos de la Policía local, mientras que otras dos personas recibieron heridas leves también por disparos de bala en circunstancias aún no aclaradas.
Estos incidentes ensombrecieron una jornada de marchas pacíficas por el aniversario del asesinato del adolescente Michael Brown, un hecho que desató los peores disturbios raciales en décadas y abrió un nuevo capítulo en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
La muerte de Brown situó en el centro del debate la violencia y discriminación policial contra los ciudadanos afrodescendientes en Estados Unidos y supone el nacimiento de un nuevo movimiento social bajo el lema «Black lives matter» («Las vidas de los negros importan»).