Duda, respaldado por la principal fuerza de la oposición, el euroescéptico Ley y Justicia, tomó hoy posesión del cargo a pocos meses de las elecciones generales de otoño, en las que el partido liberal podría perder su hegemonía tras ocho años de gobierno.
El favorito en esas encuestas es el partido nacionalista-conservador y euroescéptico Ley y Justicia, la formación liderada por el polémico Jaroslaw Kaczynski.
En un contexto caldeado por el ajuste griego, el rechazo de Kaczynski a la adhesión de Polonia al euro, su euroescepticismo y sus propuestas de más política social y menos impuestos vuelven a atraer a los electores.
La victoria de Duda en las presidenciales de mayo, en las que derrotó al hasta ahora presidente, el liberal Bronislaw Komorowski, fue una sorpresa y una seria advertencia a la coalición de gobierno de que puede perder el poder en las elecciones de octubre.
Las últimas encuestas indican que la formación liberal-conservadora Plataforma Ciudadana pierde peso a pasos agigantados y a día de hoy sería la segunda fuerza más votada.
El nuevo jefe del Estado moderó su mensaje durante la ceremonia de toma de posesión y, en una intervención ante el Paramento y el Senado, optó por insistir en la necesidad de una mayor presencia de la OTAN en Europa Oriental y Central y pidió cambios en la política exterior polaca, «aunque cambios que no supongan una revolución», aclaró.
Andrzej Duda también abogó por «reforzar» la posición de Polonia en la Unión Europea y por fortalecer el Ejército, propuestas en las que no difiere especialmente del partido liberal.
Los conservadores polacos, durante el período turbulento abierto por la revolución rusa de 1917, ambicionaron un área de influencia que abarcase desde el Báltico hasta el Mar Negro, y Duda se insertó en esa tradición reclamando un papel protagónico en el proceso de paz de Ucrania.
Tras el acto político, Duda asistió a una misa en la catedral de Varsovia, donde escenificó su cercanía a la jerarquía católica, mientras cientos de polacos ondeaban banderas nacionales en las cercanías del templo, informó la agencia de noticias EFE.
En Polonia, a diferencia de otros países parlamentarios, el presidente ejerce influencia como jefe de las fuerzas armadas y máximo responsable en política exterior, y además dispone de la facultad de proponer y vetar leyes.
Tras la toma de posesión de Duda, se abre un periodo de cohabitación entre el presidente conservador y el Gobierno de la pro-euro Ewa Kopacz, que encara ya la carrera hacia unas elecciones que podrían poner fin a la Polonia liberal de los últimos ocho años.