El jefe de gobierno español aseguró que su Ejecutivo está «preparado» para «no permitirlo», mientras el líder socialista, Pedro Sánchez, abogó por una «alternativa» a la ruptura en plena escalada del conflicto secesionista.
Rajoy se mostró contundente después de que el presidente catalán, Artur Mas, potenciara su desafío secesionista al presentar una lista unitaria para las elecciones regionales del 27 de septiembre que en caso de vencer pretende iniciar una transición y declarar la independencia de Cataluña en un período máximo de 18 meses y sin negociar con el gobierno central español.
«Vamos a por todas», «ya no tenemos margen», «esto va en serio», fueron algunas de las advertencias que lanzaron los soberanistas el lunes a Rajoy desde Barcelona.
«Si el Estado español bloquea el autogobierno, declararemos la independencia y pondremos en marcha la transición», aseguró el líder de la lista unitaria, el ex eurodiputado de la izquierda catalana Raúl Romeva.
La respuesta de Rajoy ha sido la que se esperaba: el jefe del Ejecutivo reiteró que las elecciones convocadas en la norteña región de Cataluña «son autonómicas», y «sólo sirven para elegir el parlamento» (regional), por lo que «no van privar a ningún español de su derecho a decidir sobre su país».
«Y en el supuesto de que en el futuro alguien haga declaraciones unilaterales» (de independencia), esto «sería un ataque frontal a la ley, a las normas de convivencia, que no tiene precedentes en los países democráticos y civilizados en los que vivimos y el gobierno no lo va a permitir», subrayó.
«El gobierno está preparado para cualquier problema que algunos puedan generar en el futuro», añadió Rajoy en conferencia de prensa junto al primer ministro de Argelia, Abdelmalek Sellal, tras una reunión bilateral en Madrid.
Mientras Rajoy hacía estas declaraciones, el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, advertía en Barcelona que las elecciones del 27 de septiembre «conducirán a la fractura social y política, a incrementar la frustración» de los catalanes.
Sánchez, quien pronunció una conferencia en el foro Barcelona Tribuna, insistió en que se puede «evitar la fractura» y que la alternativa es «una reforma federal» de la Constitución española.
«No estamos ante un callejón sin salida, hay margen para la negociación y el pacto. No estamos obligados a escoger entre el inmovilismo de la situación actual y el radicalismo de un proyecto independentista», remarcó.
Sánchez arremetió contra la «hoja de ruta» de Artur Mas, que plantea iniciar una transición hacia la independencia en caso de que la lista unitaria se imponga en los comicios por mayoría.
«Es lo más serio y dramático que se puede proponer a un país», dijo el socialista, recordando que la reforma del Estatuto catalán o la Constitución requieren mayorías cualificadas.
Artur Mas y el líder de la independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, dieron un paso decisivo al pactar una lista unitaria soberanista en conjunto con las principales plataformas ciudadanas que promueven la secesión.
La lista unitaria, que lleva como nombre «Junts pel sí» (Juntos por el sí), está liderada por Romeva con la intención de darle un perfil más social al proceso que lidera Mas, quien fue pionero en la aplicación de las políticas de ajuste neoliberal y ahora defiende la independencia de Cataluña como la vía para recuperar los derechos sociales perdidos.
Ante este frente soberanista surgió una coalición de izquierdas entre el partido antineoliberal Podemos, Iniciativa per Catalunya Verds y Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), que se presentará tanto a las elecciones catalanas como a las generales y que defiende el «derecho a decidir» -es decir, la celebración de un referéndum- pero que aboga principalmente por un cambio en las políticas económicas y sociales para Cataluña y España.
El sentimiento independentista creció en Cataluña en un terreno abonado por la crisis económica, que generó un gran descontento social.
Sin embargo, tras el hito que supuso la celebración de la consulta simbólica separatista del pasado 9 de noviembre (9N) -en la que un tercio del electorado votó y lo hizo de forma mayoritaria a favor de la secesión- , la correlación de fuerzas cambió y ahora son más los que rechazan la independencia que los que están a favor, según las últimas encuestas.
A pesar de ello, un reciente sondeo publicado por el diario La Vanguardia indicó que los soberanistas podrían obtener una mayoría absoluta si se presentan en una lista unitaria en las elecciones del 27 de septiembre.