Tras 17 horas de negociaciones, el mandatario heleno acordó las condiciones impuestas por los jefes de Estado de la Unión Europea, con Alemania a la cabeza, para recibir cerca 85 mil millones de euros en los próximos tres años. A cambio, el parlamento heleno deberá aprobar en las próximas 48 horas reformas al impuesto sobre el valor agregado, la restructuración del sistema de pensiones, modificaciones en el instituto de estadísticas y se deberá crear un fondo de privatizaciones por 50 mil millones de euros.
«En términos generales, las ventajas son más que las desventajas. Creo que Grecia tiene así posibilidades de volver a la senda del crecimiento», consideró la primera ministra alemana, Ángela Merkel, quien mantuvo la postura más inflexible con Grecia.
«Como es un acuerdo, no hay ni ganadores ni perdedores. No creo que el pueblo griego haya sido humillado y no creo que los otros europeos hayan perdido su prestigio», afirmó por su parte el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Hasta el último momento persistieron desacuerdos sobre la creación de un fondo griego de privatizaciones, una demanda fundamental de los socios europeos a la que se había opuesto tenazmente el primer ministro griego. Finalmente, el fondo de 50 mil millones de euros, que será sostenido por privatizaciones de bienes del Estado heleno, se constituirá en Grecia, pero será controlado de cerca por la eurozona.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, explicó que el fondo de privatizaciones se usará para reducir las deudas de Grecia y para reembolsar gastos de recapitalización para los bancos.
Según Merkel, sólo para recapitalizar los bancos griegos harán falta unos 25 mil millones de euros. Del fondo de privatización de 50 mil millones, se destinarán cerca de 12.500 millones a inversiones directas en Grecia. La líder alemana cristianodemócrata (CDU) se mostró abierta a aliviar la deuda de Atenas, por ejemplo prolongando sus plazos, pero volvió a descartar de plano la posibilidad de una quita.
La cumbre se interrumpió varias veces durante la noche para que pudieran celebrarse deliberaciones en círculos reducidos. La última reunión en «petit comité» se llevó a cabo en la mañana del lunes entre Merkel, el presidente de Francia, François Hollande, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras.
«Las medidas inevitablemente generarán tendencias recesionistas, pero el paquete de crecimiento, la restructuración de la deuda y la financiación asegurada para los próximos tres años» significan que el «`Grexit´ ya es pasado», consideró Tsipras tras el acuerdo final.
Atenas necesita a más tardar el 20 de julio unos 7.000 millones de euros (7.800 millones de dólares). De acuerdo con un documento de los ministros de Finanzas de la eurozona, a Grecia se le exige, además de la privatización de activos estatales, una reforma administrativa, entre otras demandas.
Para Merkel el primer paso es que el Parlamento heleno apruebe cuanto antes las reformas acordadas en la cumbre. Después, las tres instituciones -la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo- verificarán la aprobación de las reformas. Sólo entonces, las medidas podrán ser aprobadas por los parlamentos nacionales, precisó Merkel.
El Parlamento alemán será uno de los que tenga que aprobar el mandato para el nuevo paquete de ayuda a Grecia, para lo que debe celebrar una sesión extraordinaria aún sin fecha fija. Posiblemente se lo convoque ya este jueves.