La presidenta de Brasil desafió a los que pretenden su salida prematura del poder a probar que se quedó con «una moneda de dinero sucio» y afirmó que los adversarios que impulsan un juicio político «son un tanto golpistas». «No cuenten con que me pondrán nerviosa, con miedo. No me aterrorizan», manifestó y descartó cualquier posibilidad de renunciar al cargo.
«Yo no voy a caer. Yo no, yo no. No se la voy a poner fácil, es la lucha política», sentenció la mandataria en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo. «No hay base para que yo caiga, que intenten. Si hay una cosa de la que no tengo miedo es de eso, no me atemorizan», resaltó con el dedo levantado.
Parte de la oposición que lidera el senador Aécio Neves, candidato derrotado en las elecciones del año pasado, asumió una posición radical y promueve la apertura de un juicio político a la presidenta debido a prácticas contables cuestionadas por el organismo de control vinculado al Congreso denominado Tribunal de Cuentas de la Unión, que ha objetado la prestación de las cuentas públicas referidas al 2014 por parte del Poder Ejecutivo.
Dilma elogió al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de su aliado el vicepresidente Michel Temer, y descartó cualquier posibilidad de renunciar. También comentó un reciente rumor que circuló en Internet según el cual había intentado suicidarse. «Yo no me quise suicidar en el momento en que ellos me estaban queriendo matar (en la cárcel, durante la dictadura militar), ¿Por qué me querría suicidar ahora?», respondió.
La mandataria, quien también destacó a su antecesor y mentor político Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que está «luchando incansablemente para superar un momento bastante difícil en la vida del país». «Para sacar a un presidente de la República hay que explicar por qué. Confundieron sus deseos con la realidad», añadió.
Dilma salió así al cruce de las polémicas declaraciones formuladas por Neves, quien deslizó la posibilidad de que la gobernante reelecta no pueda finalizar su mandato y manifestó que Brasil registra una sensación de «vacío de poder», aunque aclaró que su postura no era golpista. El padrino político de Neves, Fernando Henrique Cardoso, denunció por su parte que «nunca antes en la historia se robó tanto en Brasil».