El Ministerio de Economía recibió órdenes para reestructurar vencimientos de deuda en moneda nacional por 310.847 millones de pesos a valor presente, más de la mitad de los compromisos que enfrentaba la cartera con bonistas locales durante todo este año. La operación fue calificada como un “éxito” por los funcionarios de la cartera que conduce Martín Guzmán, teniendo en cuenta el adverso escenario financiero global. Guzmán había adelantado que existía un preacuerdo con bonistas que le permitiría acercarse a un monto de 200.000 millones pesos. Pero la licitación tuvo un plus que, según dicen en Economía, permite ordenar las cuentas de este tramo de la deuda.
Este jueves el Ministerio de Economía lanzó una ambiciosa operación para reestructurar una serie de letras y bonos en pesos en manos de tenedores locales. “El objetivo es diferir una significativa porción de la deuda en pesos a tasas de interés sustentables”, había explicado el ministro en una entrevista con un medio extranjero. En esa charla adelantó: “Esperamos canjear alrededor de 200.000 millones de pesos en deuda de corto plazo en esta primera ronda”. Ese nivel de rollover aliviaría, según dijo, «la presión sobre las necesidades de financiamiento del Tesoro y, en las condiciones actuales, sobre el Banco Central también”. El monto ingresado fue mayor.
“Estamos contentos. La colocación de hoy despeja el horizonte de vencimientos de más corto plazo. Casi triplica en montos la mejor licitación anterior”, señalaron desde el equipo económico a Página|12. De acuerdo con lo informado, se recibieron 673 órdenes para la conversión de un total de 257.376 millones de pesos de valor nominal a canjearse por nuevos instrumentos de deuda pública por un conjunto de 304.689 millones.
Además de la deuda en dólares con legislación extranjera, Economía enfrentaba este año vencimientos de instrumentos en pesos por un monto estimado en 500.000 millones, con lo cual la colocación de este jueves permite rollear más de la mitad. Más precisamente, el 62,2 por ciento. Sólo hasta fin de mayo había vencimientos por 195.000 millones de pesos.
Entre los vencimientos se encontraban 12 letras y el Botapo 20. Este último fue uno de los inventos del entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo, con una emisión que incluía una cláusula gatillo: al momento del pago, los inversores recibirían una tasa mensual capitalizable predeterminada del 1,6 por ciento o la actualización por CER, lo que más rindiera. Las disparadas del dólar y la inflación abultaron ese vencimiento.
Estos papeles serán convertidos por títulos ajustables por CER más una tasa de interés según plazo de vencimiento: Boncer 1 por ciento con vencimiento en 2021, Boncer 1,2 por ciento (2022), Boncer 1,4 por ciento (2023) y Boncer 1,5 por ciento (2024). Quienes ingresaron en la operación tienen plazo hasta las 17 del viernes parar transferir el total de los títulos elegibles a la cuenta de la Secretaría de Finanzas. El miércoles 25 se acreditarán los nuevos instrumentos en las cuentas de los bonistas.
En simultáneo, continúan los pasos legales y las negociaciones con los bonistas extranjeros, aunque la prioridad fue corrida por el avance de la pandemia del coronavirus y las medidas de emergencia para morigerar los efectos de la parálisis en la actividad. Las posibilidades de continuar con el cronograma establecido para la reestructuración de la deuda en dólares, la más pesada debido que se requiere el ingreso genuino de divisas para afrontarla, se hacen cada vez más complicadas, reconocen en el equipo económico.
EL ministro Guzmán afirmó que un resultado favorable en la reestructuración de la deuda en moneda extranjera “facilitaría un gradual, pero persistente, proceso de acumulación de reservas extranjeras, que en opinión del Gobierno es una condición necesaria para aliviar los controles a capitales”.