La Marina iraní detuvo por la fuerza a un barco mercante con bandera de las Islas Marshall (república soberana y asociada a Estados Unidos) que navegaba en las cercanías del estrecho de Ormuz y cuya empresa propietaria tendría «problemas económicos» con Teherán. Enterado del hecho, Washington envió un buque destructor y aviones militares hasta la zona para «monitorear» el caso.
Durante el operativo, al menos cinco buques iraníes forzaron al barco «Tigris», de la firma Maersk, a dirigirse hacia la isla iraní de Larak, luego de haber realizado disparos de advertencia delante de su proa. El capitán del carguero «declinó» el pedido y una de las embarcaciones iraníes «abrió fuego», indicó el portavoz del Pentágono, Steven Warren.
Luego, la nave «accedió a la solicitud iraní y procedió a entrar en aguas iraníes», pero el Comando Central militar de Estados Unidos ya había ordenado el despliegue de fuerzas militares «a máxima velocidad» hacia el Golfo Pérsico.
Más tarde, las autoridades iraníes confirmaron la captura por «problemas legales» con las oficinas portuarias de ese país. También se informó que las autoridades navales enviaron un aviso a un buque de guerra de la Armada de Estados Unidos que se encontraba en la zona para que no interviniera.
La agencia iraní FARS precisó que el barco tiene bandera de las Islas Marshall aunque es de propiedad estadounidense y que sus tripulantes son de varios países, entre ellos europeos, sin que se descarte que haya también estadounidenses. «El barco fue capturado después de que una orden judicial relevante fuera emitida para su confiscación» en un asunto tiene que ver con «problemas monetarios», informó.