San Luis (LaNoticia) 19-09-18. Los préstamos blandos (tipo manteca) que está otorgando el Gobierno de San Luis a comerciantes, está generando indignación en ciertos sectores de la sociedad.
Por estos días, las redes sociales están plagadas de mensajes con fotos de comerciantes recibiendo el cheque por $ 50.000 que entrega en mano el propio gobernador Alberto Rodríguez Saá. Las fotos reflejan comerciantes a los que no les está yendo tan mal que digamos, y al estilo de Raúl Alfonsín se podría repetir aquella frase que le dirigió a alguien que lo criticaba en un mitin político, asegurándole que los argentinos nos estábamos muriendo de hambre con sus políticas y le espetó un “a vos no te va tan mal, gordito”.
Entre ellos, se refleja a un comerciante de Villa Mercedes “que la está juntando con pala”, según nos dijeron malas lenguas villamercedinas, prueba de ello que hace “un par de semanas se compró un BMW que cuesta más de 2 millones de pesos” y como si fuera poco nos aseguraron que “su mujer también recibió otro préstamo, o sea entre los dos se hicieron con 100 mil pesos”. También corre la foto de la esposa de un político de Avanzar y Cambiemos por San Luis, recibiendo el cheque de manos de Rodríguez Saá, asegurando que este político “despotricó contra los préstamos a comerciantes, pero no dudó en mandar a su mujer a recibir uno”. Y así con otros bastantes casos más.
Nuestro medio decidió no publicar las fotos que circulan en las redes, porque la culpa no es del chancho, como dice el saber popular. Si el Gobierno dispone de una política de préstamos súper blandos para comerciantes, aquel que cumpla con los requisitos, no comete ningún pecado y mucho menos una ilegalidad en recibirlo, por más bien que esté económicamente. En lo económico, si un Gobierno entrega préstamos con tasa cero, a pagar en pesos a largo plazo, en un país con su economía totalmente inestable, es de necios no imaginar que, por más bien que esté, un comerciante va a dejar pasar semejante oportunidad. El que debe responder, en estos casos, es el Gobierno.
¿Sirven estos préstamos?
En el momento de crisis que vive el país y del que no zafa nuestra provincia, es bueno, muy bueno, preguntarse y preguntarle al gobernador si sirven estos préstamos a gente que no la está pasando tan mal.
Creemos que solo sirven para lo que fueron creado por alguien como Alberto Rodríguez Saá, es decir para buscar simpatía en una clase media-alta con fines electoralista, teniendo en cuenta que, según parece, el año que viene la contienda electoral va a ser muy dura y más si su hermano le compite la candidatura a Gobernador.
Desde lo económico y social, es dinero despilfarrado por no ser destinado a situaciones más desesperantes que la de los comerciantes. Si un comerciante tiene la actividad acotada por la crisis, hacerle un préstamo no sirve si a la par no se hace algo que aumente el consumo. Y con la cantidad de desocupados existentes en San Luis -se estima que son más de 50.000-, sería más productivo para la economía local, destinar esos y otros dineros para conseguir que esos desocupados pudieran concretar emprendimientos o cooperativas productivas, de manera tal que se aumenta el consumo y con él, la actividad económica de los comercios.
Tal como lo informamos en la edición de ayer, -clic acá para ver archivo- las fábricas radicadas en el parque industrial de San Luis, están cerrando sus puertas, suspendiendo o adelantando vacaciones a su personal, paso previo, en muchos casos, a los despidos definitivos.
Seguramente hubiera sido mejor inversión del dinero prestado a los comerciantes, si se hubiera destinado a recuperar las fábricas cerradas, para que esos operarios no se queden sin ingresos que les permita vivir dignamente junto a sus familias.
Puede ser que en algunos casos específicos, estos préstamos ayuden a algún que otro comerciante, pero es regla indiscutible que, si no hay consumo, no hay actividad económica sustentable, por lo que un préstamo en estas condiciones no soluciona grandes problemas.
El propio Alberto Rodríguez Saá prometió junto a todos los gremialistas de San Luis que fábrica que se cerrara, fábrica que se recuperaba. Mientras está dando préstamos de dudoso beneficio para toda la sociedad, se está olvidando de sus promesas, atacando el problema económico en las bases, es decir que los trabajadores no se queden sin trabajo, algo vital para salvar cualquier actividad comercial y económica.
En ese sentido, fue la polémica dirigente social peronista Sonia Abarca la que le presentó, a Alberto Rodríguez Saá, un proyecto para que, desde el Gobierno se ayude económicamente a comenzar emprendimientos y cooperativas productivas, lo que sí serviría para activar el consumo interno y darle impulso a la actividad económica realizada por pequeños emprendedores. Pero de esto, al parecer, en el Gobierno no se habla o porque no quieren o no saben generar trabajo genuino.
Carlos Rubén Capella
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