La marea verde se transformó en tsunami y protagonizó una jornada histórica, en la que arrancó la media sanción a la legalización del aborto el pasado 13 de junio. La rosca mediática y política evitó una enorme crisis para el gobierno nacional, sacando votos afirmativos de la galera, sobre la hora. En el Senado de la Nación, la reacción feudal y el conservadurismo clerical esperan con sus armas apuntando. Las mujeres seguimos en movimiento con nuestra bandera y nuestros pañuelos verdes bien en alto.
Por 4 votos de diferencia y después de una sesión maratónica que duró más de 20 horas, el proyecto de legalización del aborto obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. En los alrededores del Congreso Nacional y en las principales ciudades del país, una multitud de jóvenes permanecían despiertas después de una larga vigilia y celebraron con gritos, canciones y lágrimas el hecho parlamentario.
El siguiente paso son los trámites legislativos y el tratamiento del proyecto de ley en la Cámara de Senadores de la Nación, cuyos representantes feudales, conservadores y clericales -conocidas y conocidos por la gran mayoría de la población- esperan con los colmillos afilados no aprobar, acudiendo a todo tipo de artilugios jurídicos, legales, judiciales, sociales, económicos, filosóficos y hasta religiosos.
Ya la Iglesia Católica, luego de su derrota parcial en la Cámara Baja, está redoblando el lobby parlamentario, los aprietes, las amenazas a activistas del movimiento de mujeres y la bajada de línea en los colegios y universidades confesionales para lograr al menos “copar” alguna plaza (lógicamente, no tan grande porque los números no le dan) o “garantizar” poco más de una cuadra de gente, movilizándose por la “vida”.
Durante las jornadas históricas del 13 y 14 de junio quedó más que claro el apoyo multitudinario que tiene el derecho al aborto. Tanto que hasta se “dieron vuelta” diputadas y diputados que iban a abstenerse de votar o iban a votar en contra. Entre ellos, José Riccardo, diputado nacional por “Avanzar y Cambiemos por San Luis”, quien votó a favor del dictamen de mayoría no por convicciones, no por apoyar al feminismo ni por un espasmo de progresismo sino exclusivamente por el utilísimo oportunismo político.
También quedó más que claro que la profecía que hiciera Charly García en una de sus mejores canciones -“Los Dinosaurios”- acerca de que estos iban a desaparecer, aún no se ha cumplido. Los dinosaurios no han desaparecido todavía y, lo que es peor, ocupan bancas en el Congreso Nacional. Desde la falacia argumentativa que rezaba “salvemos las dos vidas”, a la increíble frase “con esta ley se incentiva el tráfico de hígados y cerebros de fetos” de Ivana Bianchi representando al PJ puntano, pasando por el remate discursivo de que “cuando una perrita queda embarazada no pedimos un aborto sino que regalamos los cachorritos” pronunciado por Estela Regidor de la UCR, y hasta la infaltable intervención de Alfredo Olmedo del PRO que concluía diciendo que “si sale la ley quiero un cementerio de fetos”, los partidos políticos que nos gobiernan demostraron tener en sus filas a dirigentes que no están a la altura de la realidad actual y de los debates que se desprenden de ella.
Lo mismo se puede decir a nivel provincial de algunos medios de comunicación, tales como “Radio Popular” que, en respuesta a la media sanción del proyecto que legaliza el aborto, estuvo difundiendo con orgullo (¿Orgullo?) discursos que para la gran mayoría de la sociedad puntana y argentina fueron vergonzosos. Así lo hizo en sus redes sociales con la intervención de Ivana Bianchi y, como si fuera poco, de Alfredo Olmedo, recibiendo comentarios desfavorables de algunos de sus propios seguidores que, a su vez, comparten con el medio radial la postura “popular” (¿Popular?) en contra del aborto legal.
De todas formas y más allá de estos llantos y súplicas, el derecho al aborto ha pasado al Senado Nacional para convertirse o no en ley.
El menemista-duhaldista-kirchnerista-pejotista (y vaya a saber qué, próximamente) Miguel Ángel Pichetto ya adelantó que votará a favor del proyecto que acaba de obtener media sanción en Diputados. Si pretende alinear al “Partido Justicialista” tras de su decisión, se las tendrá que ver con el no muy feminista senador Carlos Saúl Menem y el amigo puntano de la Iglesia Católica en la Cámara Alta, Adolfo Rodríguez Saá, quien al igual que el macrista Claudio Poggi, votarían en contra.
Por su parte, el bloque de senadores del “Frente para la Victoria-PJ”, donde se encuentra la ex presidenta Cristina Kirchner, ya adelantó que votará a favor de la legalización. Parece que fue necesario que murieran centenares de mujeres durante sus mandatos presidenciales, para que se convenciera de hacer lo que le impidió a sus diputados y diputadas por más de una década, en defensa de la Santa Sede. En este sentido, el kirchnerismo seguramente apelará a los argumentos más irrisorios para justificar a la jefa. Que “eso fue hace diez años”, que “la sociedad no estaba preparada”, que “ahora es distinto”, etc.
Lo cierto es que la batalla en el Senado obliga a redoblar las fuerzas movilizadas. El tiempo que queda por delante debemos aprovecharlo en ampliar y fortalecer la organización de millares de mujeres en los diferentes lugares de trabajo y estudio.
El ajuste nacional que está imponiendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el macrismo traerá enormes consecuencias para el pueblo trabajador. La inflación, los tarifazos, los despidos y un deterioro cada vez más acuciante de la salud y la educación públicas, ponen en riesgo también las condiciones en que los derechos de las mujeres puedan hacerse realmente efectivos. La educación sexual integral no puede ejercerse sin docentes, sin escuelas y, mucho menos, con jóvenes que deban abandonar sus estudios para ganarse la vida en trabajos precarizados. Y el aborto, de ser legal, no podrá practicarse en hospitales sin insumos, sin personal idóneo y colapsados de pacientes y de familias trabajadoras que deberán recurrir a la atención gratuita.
La casta política gobernante se prepara para hundir a porciones cada vez mayores de la población en la pobreza y la desocupación para pagar la deuda externa y cumplir con las exigencias del FMI, y esto golpeará especialmente a las mujeres, aumentando nuestra pobreza y la precarización de nuestras vidas. Cuando ello suceda, la supuesta “sororidad” y “simpatía” de las diputadas y los diputados del peronismo, el progresismo, la UCR, el PRO y el Frente Renovador que votaron a favor del aborto no van a estar de nuestro lado, porque ellas y ellos apoyan y aplauden el saqueo a nuestros bolsillos.
Por eso, desde el “Partido de los Trabajadores por el Socialismo” / “Frente de Izquierda y los Trabajadores” (PTS/FIT) y la agrupación de mujeres “Pan y Rosas”, planteamos que es necesario fortalecer los lazos de las mujeres y la juventud con la clase trabajadora que es la que mueve los resortes de la economía nacional. Consideramos que es una tarea del presente para afrontar el futuro con una perspectiva socialista, anti-capitalista y anti-patriarcal.
Como decía León Trotsky, un gran pensador y militante revolucionario, “si en realidad queremos transformar la vida, tenemos que aprender a mirarla a través de los ojos de las mujeres”. De eso se trata, cuando exigimos nuestros derechos, y este es el camino de la lucha contra todo tipo de opresión y explotación.
Por Johana Gómez – Referente provincial del PTS / Frente de Izquierda