Solo el 5,8 por ciento (12.850) de los 17.926 mexicanos deportados entre el 20 de enero y hasta el 28 de febrero son los llamados «bad hombres», como los llama el presidente de Estados Unidos Donald Trump. Es decir, personas que cometieron algún delito grave como secuestro, tráfico de drogas o uso ilegal de armas, de acuerdo con cifras del Gobierno de México.
La llegada del empresario republicano Donald Trump a la Casa Blanca significó el inicio de una dura política migratoria que expulsó a un 86,7 por ciento de mexicanos cuyo único delito fue cruzar la frontera ilegalmente o permanecer en territorio estadounidense sin papeles.
El ataque de Trump contra los mexicanos que cometieron algún delito grave se convirtió en una persecución contra cualquier inmigrante, aunque el presidente de EE.UU. declaró que limpiaría Estados Unidos de los extranjeros que cometen crímenes la realidad es que ocho de cada diez mexicanos fueron deportados por su estatus migratorio, no mataron, no traficaron ni pertenecían a una pandilla.
El dato: «Bad hombres» fue la primera frase dicha en español por el magnate republicano en uno de los debates contra su contrincante demócrata Hillary Clinton, desde entonces la sigue utilizando para referirse a los migrantes ilegales.
Las cifras del Gobierno mexicano arrojan que durante enero de 2017 el principal motivo de repatriación de mexicanos desde EE.UU. fue la entrada ilegal a ese país, como ocurrió con 86,7 por ciento de los casos, mientras que solo 5,8 por ciento de los mexicanos devueltos a su país fueron acusados por delitos graves vinculados con drogas, secuestros y armas.
Por su parte, el 1,8 por ciento de los deportados tuvo cargos por violencia, categoría que incluye casos domésticos y peleas que no están relacionadas con el crimen organizado.
Un informe del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS, por su sigla en inglés) reveló que de los 450.954 inmigrantes de todas las nacionalidades que fueron deportados, 84,7 por ciento fue por cruzar ilegalmente la frontera, mientras que 8,7 por ciento se debió a antecedentes penales por cometer algún delito grave.